• La eliminación del Seguro Popular para crear al Insabi ha sido una de las decisiones más controvertidas del actual sexenio.
• El proceso de adquisición de medicamentos también se modificó y podría ser uno de los motivos del actual desabasto que enfrentan algunos hospitales públicos.
• La regulación de la salud digital es otro de los retos para México.

El campo de la salud en México siempre ha estado rodeado de retos pero en fechas recientes la situación se ha complicado. La actual administración federal ha llevado a cabo cambios sustanciales a aspectos críticos del sistema sanitario nacional que han estado rodeado de críticas. Algunas de las consecuencias que ya se observan son la autorización y abastecimiento de medicamentos, así como en la prestación de servicios.

Al respecto, Juan Luis Serrano Leets, quien es socio del área de práctica de Ciencias de la Vida de Sánchez Devanny, menciona que el primero de estos ajustes se dio en la adquisición de medicamentos. Se dejaron de adquirir los insumos médicos con los distribuidores para hacerlo directamente con los fabricantes a través de licitaciones o ventas directas.

Anteriormente, los distribuidores se encargaban de abastecer hospitales y almacenes, así como de cobrar al sector público el pago de estos contratos de compra.

A su vez, el proceso de adquisición se dividió en dos. Algunos productos se podrían obtener directamente con el fabricante y otros mediante un contrato con la Oficina de Servicios para Proyectos de las Naciones Unidas (UNOPS). Dicha oficina coordina el proceso de licitación para aumentar el número de participantes, y acercarse a empresas que no estaban operando en México, pero que podrían ofrecer sus productos al gobierno mexicano.

Tras cuatro años de mandato, el objetivo no se logró porque más del 90% de los productos fueron adquiridos de empresas con registros sanitarios en México.

Más retos para la salud de México: Del Seguro Popular al Insabi

Otro cambio importante se dio en la prestación de servicios. El gobierno eliminó al Seguro Popular, que daba financiamiento a todas las instituciones públicas del Sistema Nacional de Salud para crear al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), un órgano completamente diferente, que administra los servicios de salud existentes.

Esto ha provocado retrasos diarios en la atención de los pacientes debido a que la reorganización no ha sido clara. La única forma de lograr transparencia es a través de reglamentos o leyes, que permitan al usuario conocer los beneficios a los que tiene derecho, lo cual, no está sucediendo.

Los retos que ha sufrido la Cofepris

En el caso del suministro de medicamentos, la institución encargada de regular el proceso, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), también sufrió cambios de personal, lo que ha retrasado significativamente la aprobación de medicamentos en el país.

Aunado a ello, se presentaron diversas demandas por parte de los pacientes, buscando el acceso a insumos para la salud aprobados por la Cofepris o por reguladores extranjeros. En estos casos, el Poder Judicial ha emitido pronunciamientos contradictorios sobre el derecho humano a la salud y la capacidad del Estado para proporcionar cualquier medicamento aprobado a los pacientes del sistema público de salud.

La Cofepris idealmente debería aprobar los medicamentos o dispositivos que demuestren ser seguros y efectivos de la manera más ágil y menos burocrática posible, pasando por los mayores controles permitidos por la ley para corregir cualquier situación que pueda generar un riesgo para la salud. En un escenario ideal, la autoridad sería eficiente y rápida en las aprobaciones, manteniendo una comunicación continua con la industria, las asociaciones de pacientes y otros actores importantes.

Es relevante también la propuesta de reforma a la Ley General de Salud a fin de incluir bases para regular la Salud Digital. Al día de hoy las tecnologías emergentes no están reguladas y por ello, pueden generar riesgos para la salud al integrarse al sistema sin saber qué estándares deben cumplir. Además, podría suceder que la autoridad regule a este sector y obligue a las empresas a retirar sus productos del mercado.

Otras jurisdicciones están desarrollando regulaciones avanzadas al mismo ritmo que se introduce la innovación en el mercado. Es fundamental que el regulador reconozca la existencia de nuevas tecnologías, las cuales pueden ser de gran beneficio para la sociedad, evalúe cómo están siendo reguladas en otras jurisdicciones y brinde certeza tanto a la empresa que las vende como al proveedor del servicio.

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