En las instituciones sanitarias, la comunicación es uno de los caballos de batalla. El tamaño y la complejidad de las estructuras que conforman estas organizaciones, hacen que un bien sistema de comunicación sea básico y fundamental.
Divisiones profesionales, grupos y unidades, hacen que la comunicación interna sea clave para la adaptación de las organizaciones sanitarias a los requerimientos actuales y a los nuevos pacientes que se tienen en los centros y que obligan a mejorar este aspecto.
Así, se puede afirmar que una organización que se comunica bien hará que sus profesionales tendrán la visión adecuada de sus principios, metas y objetivos. Aunque está claro que, cada organización va generando su propio estilo, con sus propias normas y su propia filosofía y esto obedece a la particular idiosincrasia y a la particular cultura organizacional.
La comunicación interna en organizaciones sanitarias se realiza a modo de spam
Hay organizaciones que se han lanzado en el camino de los nuevos modos de comunicación interna, sin plantearse límites, ni parámetros y fiándolo todo a Internet. Cierto es que, algunas de estas organizaciones, están fracasando, ya que han convertido la comunicación interna en una comunicación spam, donde los mensajes se pierden entre cientos de correos electrónicos, grupos de WhatsApp y otra mini red social.
En este estilo de comunicación interna, el principal problema es que todo fue realizado por un gurú de turno y este no es siempre la persona más indicada para desarrollar un plan y una estrategia de comunicación.
También existen organizaciones mixtas que utilizan tímidamente los nuevos canales comunicacionales y los tradicionales. Por último, se encuentran las organizaciones sanitarias que no han variado nada su estilo, porque piensan que la comunicación interna no es importante.
Estos dos últimos tipos de organizaciones sanitarias tiene varios nexos comunes, los cuales son los siguientes:
- No creen en que la comunicación interna sea importante.
- Tienen una masa crítica mayoritaria, poco o nada formada en sistemas de comunicación.
- Disponen de un staff directivo que se favorece de las ineficiencias desde la visión que menos transparencia es igual a menos crítica, menos alternativas, etc.
La matriz RACI puede ayudar a las organizaciones sanitarias
Existe una herramienta que puede servir, de forma sencilla, a comenzar a establecer nuevas estrategias de comunicación y organización interna. Esta es la matriz de asignación de responsabilidades (RACI), la cual proviene de las siglas en inglés:
- R (Responsible): es quien ejecuta una tarea.
- A (Accountable): es el responsable de que la tarea se cumpla.
- C (Consulted): indica qué personas o áreas deben ser consultadas respecto de la de una tarea.
- I (Informed): son las personas o áreas que deben ser informadas respecto de la realización de una tarea.
Si se quiere implementar esta herramienta se debe partir de un buen diseño en los procesos de la organización y de la alineación de la organización en torno a estos procesos. Aquí es donde se encuentra el principal hándicap y es que, en las organizaciones sanitarias, los procesos no son integrales sino parciales y obedecen, en muchas ocasiones, a intereses personales y de pequeños grupos y no a un interés global de la organización.