La obesidad es uno de los más graves problemas de salud que enfrenta el mundo en la actualidad, razón por la que los investigadores se encuentran en constante búsqueda de métodos que permitan acabar con dicho problema. Una de las nuevas alternativas para combatir este problema es AspireAssist, una bomba estomacal de reciente aprobación por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos, pero que ha causado gran controversía.
AspireAssist se trata de una bomba estomacal que permite sus usuarios vaciar parte del contenido del estómago directamente en el retrete antes de que el proceso de digestión pueda comenzar, situación que facilita la pérdida de peso en aquellas personas con obesidad en quienes no han surtido efecto las diferentes alternativas no quirúrgicas.
Como era de esperarse, muchos especialistas se han mostrado en contra del dispositivo al considerara que funciona como una especie de “bulimia asistida”; sin embargo, tanto la FDA como los creadores del dispositivo han especificado que AspireAssist no debe ser utilizado por personas con desordenes alimenticios, sino de forma exclusiva por personas que padecen de obesidad y necesitan disminuir de peso por cuestiones de salud.
El dispositivo ha sido considerado por la FDA como mínimamente invasivo y se encuentra conformado por un tubo que va del interior del estómago a un puerto ubicado por fuera de la región abdominal. La bomba puede ser conectada al puerto externo cuando el paciente se sienta en la necesidad de retirar hasta un tercio del contenido de su estómago.
De acuerdo con las pruebas realizadas para su aprobación, los pacientes que lo utilizaron pudieron bajar un promedio de 46 libras (20.9 kilos) durante su primer año de uso.
La recomendación de la FDA señala que el dispositivo “está diseñado como auxiliar en la pérdida de peso en pacientes de 22 o más años de edad obesos, con un IMC de entre 33 y 55, y que han fallado en conseguir y mantener una pérdida de peso regular a través de terapia de pérdida de peso no quirúrgica”.
Cabe recordar que, con un 32.8 por ciento de mexicanos en situación de obesidad según un estudio realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), México desplazó a Estados Unidos como el país más obeso del mundo en 2015.