- El uso inadecuado de las redes sociales y la tecnología ha generado el surgimiento de las tecnopatologías.
- Cada vez acuden más personas a los cirujanos plásticos para solicitar una modificación facial.
- Los filtros que ofrecen algunas redes sociales como TikTok e Instagram han traído efectos adversos.
La tecnología es una aliada que tiene el objetivo de hacer más sencillas las labores diarias pero también se puede convertir en una enemiga. Al igual que ocurre en otros ámbitos, el exceso es el principio de la dependencia. En este caso el abuso de las redes sociales ha dado pie a un nuevo trastorno que ha sido bautizado como dismorfia del selfie, ¿pero sabes en qué consiste?
Las fotografías en el Siglo XXI
En ese sentido, la popularización de los smartphones ha traído como consecuencia que cada vez sea más común que los propios usuarios se tomen fotografías a sí mismos. Esta práctica es conocida como selfie e incluso ahora la mayoría de los equipos móviles tienen una cámara frontal para que esta actividad sea más sencilla.
Por su parte, algunas redes sociales como Instagram y TikTok han aprovechado esta opción para añadir la opción de filtros. Consiste en modificar el rostro de las personas de distintas formas. Algunos de los más populares son los que permiten modificar el tono de piel o resaltar alguna facción física. Mientras que otros se inclinan por el lado de la fantasía para incorporar rasgos de animales como perros y gatos.
Un trastorno que empieza en el teléfono y termina en el quirófano
Aunque parece una actividad sin importancia, ahora ha dado pie a un trastorno conocido como dismorfia del selfie. De acuerdo con especialistas del Boston Medical Center consiste en las personas que quieren parecerse a las fotos que publican de sí mismos en redes sociales después de varios filtros.
Para conseguirlo acuden con cirujanos plásticos y les solicitan diversas operaciones en el rostro. En el caso de las mujeres lo más común es pedir una rinoplastia porque no se sienten a gusto con su naríz.
Aunque este tipo de operaciones han existido desde hace décadas, durante los últimos años han visto un aumento exponencial. Cada vez más personas las solicitan y la culpa estaría en los filtros de las redes sociales.
Por su parte, los especialistas señalan que las personas con dismorfia del selfie desarrollan los siguientes síntomas:
- Comparación con uno mismo y con los demás.
- Verificación (se miran compulsivamente al espejo).
- Aseo e higiene excesivos.
- Pellizcarse la piel.
- Inseguridad.
- Baja autoestima.
- Conductas evitativas.
A raíz de todo lo anterior es que la dismorfia del selfie ya forma parte de las tecnopatologías. Se trata de un término con el que se ha bautizado a un grupo de nuevas enfermedades de reciente creación. Su descripción abarca a todas las alteraciones físicas, psicológicas y sociales provocadas por el uso excesivo e inadecuado de las redes sociales y tecnologías.
Algunos especialistas también las llaman enfermedades 2.0 debido a que su aparición surgió junto con el apogeo de internet. Uno de los más populares y que se ha expandido en la actualidad es la nomofobia, el cual hace referencia a las personas que desarrollan un miedo irracional a vivir sin su teléfono celular. Lo anterior puede generar diversos problemas de estrés, pánico y adicción similares a los de un fumador o alcohólico.
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