- La piel es uno de los órganos más afectados por la viruela del mono debido a la aparición de erupciones que presentan elevación, líquido transparente y, finalmente, cicatrices.
- México ocupa el cuarto lugar dentro de América Latina con respecto a las naciones con más contagios.
- Mientras que a nivel mundial se han reportado más de 5,000 casos en al menos 51 países.
La viruela del mono sigue en expansión en todo el mundo y por eso una de las preguntas más frecuentes es acerca de los daños que provoca en la piel de pacientes. Se trata del órgano más visible y por lo mismo donde se aprecia con mayor facilidad la aparición de la enfermedad.
Afectaciones de la enfermedad en México
Por su parte, es necesario recordar que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ubica a nuestro país en el cuarto lugar en América Latina con el mayor número de casos reportados. Mientras que la mayoría se concentran en tres entidades: Ciudad de México, Jalisco y Estado de México.
Esta enfermedad vírica, capaz de transmitirse de animales a humanos y de persona a persona. Mientras que la viruela del mono se caracteriza por la aparición de fiebre, malestar de cabeza intenso, dolores musculares, molestia en la espalda, falta de energía, ganglios linfáticos inflamados y, principalmente, por erupciones en la piel.
Sintomatología en pacientes
Las características de estas lesiones van desde manchas rojizas, en un inicio, hasta manifestaciones elevadas que se ulceran y dejan una costra gruesa a manera que evolucionan. Si bien pueden aparecer en la cara, extremidades superiores e inferiores, así como en genitales, tienen la capacidad de diseminarse por todo el cuerpo.
“Es importante saber que el virus causante tiene una incubación de 10 a 12 días después del contagio, el cual se lleva a cabo de una persona a otra por el contacto estrecho con erupciones activas, líquidos corporales, gotas respiratorias y materiales contaminados, como la ropa de cama”, explica Jatziri Chávez Bernal, directora del Centro Dermatológico de Alta Especialidad (CEDAE).
Las lesiones cutáneas suelen aparecer de uno a cinco días después de que el paciente empieza con fiebre. En un principio, se trata de manchas bien delimitadas de pocos milímetros, mismas que comienzan a abultarse con el paso de los días y presentan contenido líquido claro.
Dichas erupciones son contagiosas y rascarlas de manera constante puede favorecer su diseminación, así como la formación de cicatrices. Si la profundidad de las lesiones es considerable, pueden producirse marcas permanentes incluso sin ningún tipo de manipulación.
No obstante, la gravedad de las huellas depende en gran medida del proceso de cicatrización de cada persona. Otra evidencia hasta el momento es que los pacientes de piel oscura pueden presentar áreas más claras en el lugar donde estuvieron las manifestaciones cutáneas.
Los enfermos de viruela del mono deben ser tratados tanto por infectólogos como por dermatólogos. Además, se les recomienda aislarse por un periodo de dos a tres semanas para evitar la propagación del virus. Cuando interactúen con otras personas, deben usar cubrebocas sin excepciones, así como evitar el contacto estrecho y, sobre todo, de tipo sexual.