Un tema controversial (pero habitual) en las investigaciones sobre los hikikomori es la influencia de la tecnología moderna en el aislamiento. Todavía está lejos de establecerse cualquier vínculo potencial entre estos dos fenómenos, pero preocupa que la “generación perdida” de Japón pueda ser un llamado de atención de nuestras cada vez más desconectadas sociedades.
El término hikikomori se refiere tanto a la condición como a quienes la padecen y fue acuñado por el psicólogo japonés Tamaki Saito en su libro “Aislamiento social: una interminable adolescencia” (1998).
Hoy día, este concepto se define como una combinación de aislamiento físico y social al que se suma sufrimiento psicológico que puede durar seis o más meses.
El trastorno se consideró cultural en sus inicios. Y hay razones para pensar que la sociedad japonesa es especialmente vulnerable a él, dice Takahiro Kato, profesor de psiquiatría en la Universidad de Kyushu, en la región de Fukuoka, y estudioso del hikikomori.
“En Japón hay un refrán muy famoso: ‘Un clavo saliente se romperá pronto'”, dice Kato. Las rígidas normas sociales, las altas expectativas de los padres y la cultura de la vergüenza hacen que la sociedad japonesa sea un calvo de cultivo de sentimientos de incompetencia y el deseo de que uno quiera esconderse del mundo”, dice Kato.
¿Cómo se describen los Hikikomori?
- No trabajan ni estudian.
- No mantienen contacto con personas fuera de su familia.
- Llevan al menos seis meses encerrados en casa.
¿Cuáles son los síntomas del síndrome de Hikikomori?
Los síntomas más habituales del síndrome de Hikikomori son:
- Aislamiento social para evitar toda forma de presión exterior.
- Encerrarse con llave en el dormitorio u otra habitación de la casa durante largos periodos de tiempo, a veces años.
- No suelen tener amigos y habitualmente duermen a lo largo del día, y ven televisión o usan el ordenador durante la noche, siendo este su único medio de contacto social aunque, en casos avanzados, ni siquiera esto.
- Abandono de hábitos saludables y de cuidado personal como el ejercicio o comida sana.
- Tristeza, depresión, ansiedad e inseguridad frente a los demás, que a veces se burlan de ellos.
Hikikomori no se considera como una discapacidad mental, pero requiere apoyo psiquiátrico y generalmente terapia familiar.
Este problema no es propio de Japón, ya hay muchos adolescentes en el mundo que sufren esta problemática. Lo importante es fomentar la vida al aire libre y entender que el uso de tecnologías puede ser un gran aporte, pero a su vez puede significar un enorme problema si no lo regulamos.
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