- La posibilidad de ingerir agua contaminada y la falta de asepsia son algunos de los principales riesgos al que se enfrentan las mujeres y los recién nacidos.
- Un parto seguro siempre debe ocurrir en un hospital y con el apoyo de personal médico calificado.
- La máxima indicación es siempre seguir las indicaciones del ginecólogo.
Tener hijos implica una fuerte responsabilidad desde el momento de la planeación. No es una decisión que se deba tomar a la ligera sino que debe existir el consenso de ambas partes. Pero ahora ha surgido una nueva discusión relacionada con el momento del alumbramiento. Todo parte de la elección de tener partos en el agua, la cual cada vez es más frecuente en las parejas.
En primera instancia, la relación con la naturaleza es importante e inicia desde el embarazo. Un entorno adecuado como árboles y una tranquilidad absoluta ayudan en la relajación durante los meses de gestación.
De igual forma, algunas técnicas como el yoga son empleadas para ayudar en la salud física y mental de las mujeres. El objetivo es eliminar las tensiones, estrés y nerviosismo que suelen aparecer durante esta etapa de la vida.
Ahora bien, en todos los casos lo más importante es siempre acudir primero con un profesional de la salud. En este caso la máxima autoridad es el ginecólogo y se deben seguir al pie de la letra sus indicaciones.
Con esto en mente, durante los últimos años se han popularizado los partos en el agua. A través de redes sociales es común ver este tipo de formas de alumbramiento con la promesa de que ayudan a disminuir el dolor en las mujeres.
¿Qué dicen los que apoyan esta práctica?
La base de esta modalidad es el efecto analgésico que el líquido tiene en las contracciones uterinas. El agua a una temperatura de 37 grados genera una sensación placentera y atenúa las molestias durante este periodo. De esta forma, disminuye el dolor, favorece la relajación y disminuye la petición de analgesia epidural.
Entre quienes defienden los partos en el agua afirman que la inmersión en el agua favorece la sensación psicológica de intimidad. También disminuye la sensación de desnudez que puede presentar la parturienta y favorece los movimientos al generar una sensación de ligereza.
De igual forma, afirman que los recién nacidos también reciben beneficios. Señalan que presentan un reflejo de inmersión que persiste hasta los seis meses. Además, indican que los bebés no se ahogan y son capaces de no respirar de forma instintiva.
La respuesta de la comunidad médica
Pero ahora algunos médicos han utilizado sus redes sociales para criticar los partos en el agua. El principal motivo es porque es una práctica que pone en riesgo tanto a la madre como al bebé.
Tener un parto en el mar, no tiene nada de malo … si eres un delfín. 🤷🏻♂️ https://t.co/Rso6ebBf70
— Juan Luis Mosqueda (@doctormosqueda) June 5, 2022
Dentro de los riesgos mencionados se encuentra la posibilidad de ingerir agua contaminada. Además la carencia total de asepsia, por lo que hay un alto riesgo de sufrir infecciones o enfermedades por parte de gérmenes, bacterias, virus y hongos.
-Partos en el agua?
-Pero, qué necesidad?
-Y si el niño tiene algún problema, o si aspira el agua contaminada?
-Y si la madre tiene una hemorragia?
-Y la asepsia? https://t.co/OBG6LsPKTD— Alejandro Macias (@doctormacias) June 5, 2022
Con esto en mente, la máxima indicación es que los partos siempre se realicen en instalaciones hospitalarias con personal médico calificado. Cada uno tiene el conocimiento suficiente para auxiliar a la mujer en todo momento y atender al instante cualquier tipo de complicación.