Procrastinar a menudo se confunde con la pereza, pero son muy diferentes.
La procrastinación es un proceso activo: eliges hacer otra cosa en lugar de la tarea que sabes que deberías estar haciendo. En cambio, la pereza sugiere apatía, inactividad y falta de voluntad para actuar.
La procrastinación generalmente implica ignorar una tarea desagradable, pero probablemente más importante, a favor de una que sea más agradable o más fácil.
Pero ceder a este impulso de procrastinar puede tener graves consecuencias. Por ejemplo, incluso los episodios menores de procrastinación pueden hacernos sentir culpables o avergonzados. Puede conducir a una reducción de la productividad y hacer que no logremos nuestros objetivos.
Si posponemos las cosas durante un largo período de tiempo, podemos desmotivarnos y desilusionarnos con nuestro trabajo, lo que puede conducir a la depresión e incluso a la pérdida del trabajo, en casos extremos.
10 estrategias para dejar de procrastinar
Hay muchos estudios sobre este fenómeno y también hay muchas estrategias formuladas que son útiles para intentar dejarlo de lado.
Algunas de las más útiles son las siguientes:
Haz listas de tareas.
Es importante que antes de empezar cualquier tarea hagas una lista con aquellas cosas que tienes pendientes y que establezcas para cuándo las necesitas. Esto hará que tengas una visión general sobre todo el trabajo que tengas pendiente.
Crea plazos.
En el caso de que las tareas que tengas pendientes no tengan un plazo establecido, establécelo tú. Esto te ayudará a tener una fecha límite y te motivará a conseguir tu objetivo.
Crea un orden de prioridades.
No todas las tareas tienen la misma dificultad o la misma urgencia, por eso, es importante que establezcas un criterio para poder determinar cuáles son más urgentes.
Planifica el día a día.
En la medida de lo posible, intenta dedicar unos minutos antes de ponerte a trabajar en los que establezcas qué vas a hacer en el día.
Recompénsate.
En el caso de que tengas que hacer varias tareas que no te atraen, después de completarlas establécete una pequeña recompensa o premio.
Intercala tareas.
Es importante que vayas intercalando tareas más complicadas con aquellas más atractivas o de menos dificultad. De esta manera, cuando estés con la tarea que menos te gusta sabrás que después viene una más placentera.
Haz descansos.
Cuando te pongas con las tareas que menos te gustan, establece una serie de descansos para que puedas despejarte y descansar la mente.
Entrena el autocontrol.
Muchas veces la procrastinación está relacionada con poco autocontrol. Por eso, te recomendamos que intentes fomentarlo mediante técnicas de afrontamiento y de gestión emocional.
Mejora tu autoestima.
Como hemos comentado, en algunas ocasiones la procrastinación está relacionada con la baja autoestima. Por ello, trabajar la autoestima para aumentarla también puede ser muy beneficioso.
Ten el entorno de trabajo ordenado.
Tener el escritorio ordenado y limpio también puede motivarnos a hacer las tareas más complicadas. El entorno siempre debe ser facilitador.
Aunque estas son algunas de las estrategias principales, también puede haber otras que nos ayuden a dejar de diferir como, por ejemplo: delegar en otros, pedir ayuda, decir que no a las tareas que no nos correspondan, empezar y terminar las tareas (no dejar algunas a medias), ser flexible, etc.
Notas relacionadas:
¿En qué estados de México ganan más los médicos por su servicio?