“Prevenir es mejor que lamentar” pero, ¿hasta qué punto conviene aplicar este principio en medicina?
En la práctica médica existen modelos clásicos de prevención: primaria, para disminuir la prevalencia de una enfermedad en personas sanas (como en el caso del uso de vacunas); secundaria, que busca minimizar la incidencia de una patología (por ejemplo con el papanicolaou); y terciaria, para disminuir la mortalidad o discapacidad por enfermedad subyacente (tratamiento precoz de infarto de miocardio mediante angioplastia).
Sin embargo, especialistas alertan sobre la prevención cuaternaria, ya que los médicos suelen sentirse más seguros cuanto más estudios prescriban, mientras las personas llegan a sentirse mejor por ello; se trata de medicalizar la vida cundo es innecesario.
Para salir de esta complicada dinámica es necesario que sea precisamente el médico quien explique al paciente por qué no hay que hacer determinado estudio o suspender cierto tratamiento.
En el caso de los chequeos médicos que ofrecen numerosas instituciones a la población en general, sin distinguir antecedentes familiares, hábitos, edad o sexo, puede haber muchos resultados falsos positivos, lo que necesariamente implica la repetición de algunos análisis o realización de otros para descartar o confirmar cierta patología e, indudablemente, inversión de tiempo y recursos económicos, así como presencia de presión psicológica.
Este tipo de conductas hace que la salud se deposite en el control médico, cuando en realidad se relaciona con las condiciones de vida.
Todos los estudios tienen efectos adversos pero además, en un sentido económico, los excesos preventivos, diagnósticos y terapéuticos tienden a desviar recursos, de las personas enfermas a las sanas, de los ancianos a los más jóvenes, y de los más pobres a los que tienen mayores recursos.
Abusar de los estudios no se justifica, señalan los expertos, pues quien no sabe qué busca ignora lo que encuentra, por ello, el galeno debería considerar el uso de chequeos preventivos sólo en personas con antecedentes heredo-familiares que los demanden.
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