El principal objetivo de todo tratamiento médico es frenar la evolución de una enfermedad y mejorar sus síntomas, con el fin de dar una mejor calidad de vida al paciente. En ocasiones, las indicaciones suelen ser complejas e involucran múltiples fármacos o fórmulas magistrales específicas.
En estos casos, cobra especial relevancia la conciliación de la medicación entre el médico tratante y el farmaceuta. Ya que, las deficiencias ocurridas en las transacciones asistenciales, son la principal causa de fallas en el tratamiento y falta de adhesión a los mismos.
La conciliación de la medicación se refiere a la comunicación verbal y directa entre el doctor y el farmaceuta, a fin de corroborar la información plasmada en la prescripción de los medicamentos, a fin de evitar errores de polimedicación o dosificación en un momento determinado.
Por lo tanto, es fundamental que exista una participación activa por parte del farmaceuta cuando recibe una receta sobre la cual tenga algún tipo de reserva. Bien sea porque existen dos fármacos con el mismo mecanismo de acción, o porque la dosis presente un exceso o déficit que salga de la normalidad.
También, es importante realizar una conciliación cuando se solicita una fórmula magistral, para corroborar la dosis, la forma farmacéutica o los principios activos de la misma. En especial, si existen sospechas de error o incluso falsificación de la receta recibida.
En este sentido, la conciliación del tratamiento farmacológico, debe considerarse un pilar básico en la actuación del farmaceuta, en miras a resguardar la seguridad del paciente. Debido a que, es bien sabido que un error de prescripción puede generar efectos adversos significativos en los pacientes.
Por ello, los farmacéuticos hospitalarios, tiene un papel fundamental en el proceso de validación de las prescripciones farmacológicas; aunque el rol de los farmacéuticos comunitarios va más allá, pues los pacientes acuden a ellos con el fin de aclarar dudas que, por cualquier causa, no han sido aclaradas por el médico.
Momentos clave
Existen dos momentos importantes, en los cuales la conciliación de rutina debe llevar se a cabo. El primero, es cuando un paciente recibe el alta médica, pues el farmaceuta debe corroborar que el paciente reciba la medicación necesaria para su restablecimiento, y que dicho tratamiento pueda ser adecuadamente seguido por el paciente en el tiempo establecido.
Te puede interesar: El coronavirus ha acelerado la telemedicina en Ecuador
El segundo momento, es cuando el paciente decide cambiar de médico, pues los esquemas de tratamiento pueden no ser los mismos. Por lo tanto, es deber del farmaceuta informar al médico del tratamiento previo y corroborar que los fármacos que va a dispensar sean los adecuados.
Pero, todos sabemos, que por lo general esta comunicación directa no se lleva a cabo en la mayoría de los casos. Por lo tanto, como profesionales de la salud es nuestro deber alentar la comunicación efectiva entre los diferentes niveles asistenciales, para evitar perjudicar a los pacientes, física y económicamente. Y garantizar además, que los tratamientos sean más efectivos y sostenidos en el tiempo.
- Material dirigido solo a profesionales de la Salud.
- Información realizada para profesionales de la salud en territorio ecuatoriano.
- Todo lo publicado en la plataforma es una recomendación, mas no una prescripción o indicación médica.