Cuando a la mujer la diagnostican con cáncer de mama, lo primero es reaccionar con miedo, incredulidad, ansiedad, tristeza, depresión, rabia y sentimientos negativos. Es totalmente normal responder de esa forma, puesto que es una enfermedad grave y esta reacción es la forma de adaptarse y encajar la noticia.
La mujer podrá necesitar tiempo para aprender a afrontar el tratamiento y sus consecuencias, el impacto de la enfermedad en el entorno social y familiar y el cambio en el autoconcepto que implica.
La mujer con cáncer de mama puede permitirse estar triste, enfadarse o llorar
Es bueno que la mujer se dé permiso a sí misma para llorar, estar triste o enfadarse, incluso ante los buenos consejos del entorno sobre “ser fuerte” o “ser optimista porque todo irá bien”. Igualmente, pueden aparecer preocupaciones sobre los hijos o la pareja y es que su familia también sufrirá y necesitará las mismas atenciones.
A diferencia de otros tumores, el cáncer de mama tiene efectos más visibles, sobre todo después de la cirugía. Si has tenido que someterte a una mastectomia, puede tener la sensación de “haber perdido una parte de usted misma”, puesto que el pecho juega un papel muy importante en la identidad individual y en la feminidad de una mujer. Puede que la mujer se sienta menos atractiva o con menos autoestima. Puede pasar un tiempo incluso antes de atreverse a mirarse al espejo o a exponerse desnuda delante de su pareja.
Normalmente, la pareja está muy dispuesta a ayudar. Al principio, puede desorientarse un poco o reaccionar de manera inesperada porque no sabe cómo hacerlo y puede tener miedo a tratar ciertos temas. Es por eso por lo que la mujer con cáncer de mama debe decirle abiertamente qué necesita, para así ayudar a su pareja a hacerse cargo de la situación.
Es muy importante el apoyo social
También es muy importante el apoyo social, tanto de familia como amigos. Ellos deben estar atentos a tus necesidades en cada momento y estas pueden ser cambiantes. Tómate la libertad de pedir siempre lo que quieres, incluso si deseas estar un rato a solas.
La vida sexual, normalmente, también se ve afectada. Esto se debe a que muchas mujeres con cáncer e mama rechazan el contacto físico. El sexo no deberá convertirse, por tanto, en otra preocupación. Más bien, debería ser una forma en la que la paciente y su pareja se ayuden mutuamente cuando ambos lo quieran. Así que será fundamental la comunicación sincera y confiar en un profesional de la sexología si fuera necesario.
El cáncer de mama es el que tiene más atención social y mediática, debido a la presión de las mujeres para aumentar su conocimiento e investigación. En la actualidad, existen muchos grupos de ayuda mutua y colectivos de mujeres afectadas que te pueden ayudar. Una cosa tan sencilla como intercambiar experiencias puede ser más útil de lo que parece para así no sentirte sola al pasar por esta situación. También puede contar con la ayuda de profesionales de la psicología si lo necesita.