El seguimiento médico al tratamiento del paciente es un proceso de atención continuada a una intervención diagnóstica o terapéutica, que tiene como objetivo dar por finalizado un episodio de atención iniciado con el fin de conseguir una completa recuperación o mantener un estado de salud satisfactorio en las enfermedades crónicas.
El seguimiento puede ser realizado por el médico o por el equipo sanitario que ha iniciado la atención. En el seguimiento se supervisan los efectos del tratamiento en el paciente, en relación con la cura o control del problema de salud, la ineficacia del mismo y los efectos adversos.
El paciente es parte importante en la supervisión del tratamiento, por lo tanto, debe estar bien informado y tener conocimiento de qué hacer en caso de que el tratamiento no tenga la efectividad esperada o presenta efectos adversos y tener el acompañamiento permanente del médico o del equipo sanitario asignado.
En caso de que el tratamiento no evolucione de la forma esperada, se debe revisar el diagnóstico, el medicamento, si la dosis y el tiempo son correctos, el objetivo terapéutico, si el paciente fue instruido en forma correcta, la interacción de otros medicamentos que toma el paciente, si el paciente está cumpliendo el plan indicado. De ser necesario, se modificará o cambiará el esquema terapéutico.
Son varios los factores que pueden influenciar el incumplimiento del tratamiento médico y es necesario tomar medidas para enfrentarlos, entre ellas se puede señalar: simplificar el esquema terapéutico y ajustarlo a las condiciones del paciente brindando instrucciones claras y precisas, de preferencia escritas, vigilar que la frecuencia las consultas esté de acuerdo al cumplimiento del tratamiento, comprometer a un familiar, amigo o cuidador, usar refuerzos positivos, hacer que el paciente, tornar al paciente en un participante activo dentro del tratamiento comprometiéndolo en el tratamiento, brindar el seguimiento requerido para alcanzar los objetivos planteados con el tratamiento.
Entre las advertencias e información que se le deben brindar al paciente, están: explicar para qué se indica el tratamiento, los efectos esperados, las ventajas, reacciones adversas que puede tener, cómo identificarlas y qué hacer si se presentan, cómo tomar los medicamentos y durante cuánto tiempo debe hacerse, las precauciones que debe tener en cuenta durante el tratamiento, cuál es la dosis máxima recomendada, los beneficios de realizar el tratamiento, cuándo y por qué debe consultar de nuevo y cuándo hacerlo antes, la necesidad de continuar con el tratamiento y cómo interrumpirlo si es necesario y, lo más importante, verificar si la información suministrada fue comprendida en su totalidad por el paciente y/o su acompañante.
Toda la información, instrucciones y advertencias, además de ser necesarias en todo tratamiento, contribuyen al aumento en el cumplimiento de las indicaciones terapéuticas por parte del paciente y se logre un mayor beneficio con el tratamiento.
Por último, la buena relación entre el médico y el paciente, mejora la aceptación y seguimiento de éste al tratamiento.
REFERENCIAS
- Organización Mundial de la Salud (OMS). Guía de la buena prescripción. Disponible en: https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/66661/WHO_DAP_94.11_spa.pdf?sequence=1&isAllowed=y
- Diaz Novás José. El tratamiento Médico: experiencia, base teórica y método. Revista Haban. Cienc. Méd. [Internet]. Dic. 2008. 7(4). Disponible en:http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1729-519X2008000400009&lng=es.
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