Seguro que como profesional médico, ejerciendo tu profesión, has pasado por alguna situación desagradable. En este tipo de situaciones, si hay algo que entra en juego son las competencias emocionales ya que las emociones juegan un papel fundamental en los procesos de adaptación ante los cambios.
La pandemia provocada por la COVID19 ha supuesto un desafío para la gestión de las emociones, en todas las personas y más en los médicos y profesionales sanitarios, quienes se han tenido que enfrentar a situaciones muy estresantes. Todos nos hemos tenido que enfrentar a la incertidumbre y es por eso por lo que las competencias emocionales han sido determinantes.
Si hay algo que se ha puesto a prueba es nuestra resistencia emocional y las competencias emocionales han ido adquiriendo, cada vez, mayor relevancia como factores de protección para la salud y el bienestar personal y social. Desde hace dos décadas, cada vez son más valoradas y requeridas en entornos laborales y profesionales.
Pero, ¿cuáles son las cinco competencias emocionales que deberías conocer a la hora de ejercer como profesional médico? A continuación te las mostramos.
Conciencia emocional, una de las principales competencias emocionales
Se trata de la capacidad para percibir, identificar y comprender las emociones en uno mismo y en los demás, a través de la expresión verbal y no verbal como:
- Expresión facial.
- Tono de voz.
- Expresividad corporal.
- Manejo adecuado del lenguaje emocional.
- Empatía o comprensión de las perspectivas de los otros.
- Leer las claves situacionales y de expresión que tienen un grado de consenso cultural.
Regulación emocional
Es la capacidad para manejar adecuadamente las emociones. Para ello, se tiene en cuenta:
- Conocer las interacciones entre emoción, pensamiento y conducta.
- Expresión de las propias emociones.
- Reconocer y tener la capacidad de regular algunos sentimientos y emociones con fuerte impacto en las conductas que propulsan.
- Contar con habilidades para hacer frente a las emociones displacenteras o incómodas.
- Capacidad para autogenerar y experimentar emociones agradables de forma consciente y voluntaria.
Otra de las competencias emocionales clave es la autonomía emocional
Esta competencia recoge diversas características y actitudes relacionadas con la autogestión personal. Se trata de características personales que permiten que los estímulos externos no afecten de forma drástica a la persona, permitiendo ser sensibles pero con cierta capacidad de autoprotección.
Inteligencia interpersonal
Esta es la capacidad para construir y mantener buenas relaciones con otras personas. Para ello, se deben considerar los siguientes aspectos:
- Dominio de habilidades sociales, habilidades de comunicación y escucha receptiva.
- Habilidad para compartir emociones de manera adecuada a la estructura de la relación y contexto.
- Asertividad.
- Actitudes prosociales y de cooperación, respeto y aceptación de las diferencias individuales.
- Habilidades para prevenir y solucionar problemas o conflictos.
Habilidad de la vida y el bienestar
Esta última de las competencias emocionales consiste en la capacidad para afrontar los desafíos cotidianos y situaciones excepcionales de forma adaptativa y responsable, que permiten organizar la vida de forma saludable y equilibrada, lo que contribuye a experimentar satisfacción y bienestar.