Es evidente la relación positiva que hay entre apoyo social y salud, el manejo del estrés y el bienestar. Sin embargo, la proximidad de familiares y amigos no siempre es garantía de apoyo. Las relaciones de apoyo deben ser recíprocas y flexibles y contar con motivación para escuchar y comprender, poniéndose en el lugar del otro y entender sus necesidades, respetando la convivencia y la independencia de cada uno.
Es muy importante el apoyo que brindan familiares, amigos y vecinos en el cuidado de un ser querido que padece la enfermedad de Alzheimer, para atender sus necesidades cotidianas y librar al cuidador de niveles de sobrecarga que puedan ser perjudiciales para su bienestar y su salud.
El proceso de desajuste y reajuste familiar a partir del diagnóstico
Tanto la persona con Alzheimer como su cuidador, interactúan y forman parte de un grupo familiar que, a partir del diagnóstico, será inevitable que se vea afectado. Los distintos miembros de la familia, deberán aceptar que el ser querido afectado por la enfermedad, progresivamente irá experimentando una serie de cambios en su conducta como en sus capacidades. Por lo que se deben asumir nuevas perspectivas y nuevos roles, que irán acompañados de sacrificios personales y económicos (2).
El diagnóstico de esta enfermedad en uno de los miembros de la familia, suele afectar de forma distinta a cada uno de los miembros restantes, generando reacciones y diferentes ritmos de aceptación de la nueva situación. Con lo cual se producen situaciones problemáticas y conflictivas, como:
- Críticas a las decisiones del cuidador principal.
- Reproches por, aparentemente, desentenderse del problema.
- Diversidad de opiniones sobre cómo actuar.
- Sentimientos de abandono del cuidador principal.
Por lo general los cuidadores cuentan con muy poca o ninguna información en relación a la enfermedad y el deterioro asociado (1). Y es por ello que el cuidador debe participar en actividades psicoeducativas con el fin de estar preparado y disminuir la sobrecarga emocional y física a la que se expone y así evitar convertirse en un segundo enfermo a causa de la ansiedad, la depresión y el estrés crónico al que se ve expuesto.
Cabe destacar que una persona enferma cuyo familiar o cuidador recibe capacitación y apoyo de su grupo familiar, tiende a presentar menos síntomas psicológicos y conductuales, además, recibe menos medicación, lo que redunda en el beneficio de todo el grupo familiar. Entre las intervenciones dirigidas a las familias no deben faltar:
- Actividad formativa y educativa. Donde se brinda información sobre la enfermedad, sus consecuencias y el manejo de los diferentes problemas asociados.
- Actividad de atención psicosocial. El apoyo psicológico, tanto individual como grupal enfocado a la aceptación y el compromiso.
El apoyo social forma parte de las necesidades más básicas, por lo que se debe evitar el aislamiento social de la familia y del cuidador. Saberse y sentirse acompañado en estos momentos alivia y fortalece al cuidador (3).
Referencias
- María Crespo López, Javier López Martínez. El estrés en cuidadores de mayores dependientes: cuidarse para cuidar. Madrid: Pirámide, 2007
- Fundación Pasqual Maragall. La importancia de la red de apoyo familiar en el cuidado de una persona con Alzheimer. Abril de 2016. [Internet]. Disponible en: La importancia de la red de apoyo familiar en el cuidado de una persona con Alzheimer (fpmaragall.org)
- Know Alzheimer. Respuestas concretas a dudas reales. La importancia del apoyo a los cuidadores de las personas con Alzheimer. Noviembre de 2016. [Internet]. Disponible en: La importancia del apoyo a los cuidadores de Alzheimer (knowalzheimer.com)
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