En los últimos años ha aumentado la esperanza de vida, la cual está condicionada a factores reconocidos bajo el concepto de “estilos de vida”. Y no se trata únicamente de vivir más, sino de vivir mejor.
Para lograr una mejor calidad de vida, se debe reflexionar en aquellos factores de riesgo que en la vida moderna están cada vez más presentes en las diferentes edades, como lo son: la alimentación, la actividad física y el estrés.
El sistema de salud colombiano, a través de campañas, invita a la población a adquirir estilos de vida que permitan que las personas no solo vivan más años, sino que, además, logren mejorar su calidad de vida.
Hábitos como el tabaquismo, el alcoholismo, el estrés, el sedentarismo y los malos hábitos alimenticios, son modificables en los estilos de vida:
El tabaquismo
El alcoholismo
Constituye otro factor de riesgo vinculado al estilo de vida y a las condiciones de vida de las personas. Es un factor muy agresivo porque no sólo actúa directamente sobre la salud de las personas, sino que también desestabiliza el núcleo familiar. El alcoholismo es denominado por la Organización Mundial de la Salud como: “Síndrome de dependencia alcohólica que corresponde a un estado psíquico y habitualmente también físico resultado del consumo de alcohol, caracterizado por una conducta y otras respuestas que siempre incluyen compulsión para ingerir alcohol de manera continuada o periódica, con objeto de experimentar efectos psíquicos o para evitar las molestias producidas por su ausencia”. (2)
El estrés
El estrés ocasiona que el organismo tenga dificultades para combatir infecciones. Ante los eventos estresantes, las personas tienden a modificar su conducta, disminuyendo la puesta en marcha de hábitos o conductas saludables y aumentando las conductas no saludables, lo que actúa en detrimento de su salud: duermen menos, aumentan el consumo de tabaco, alcohol o psicofármacos, reduce la actividad física. Al mismo tiempo, aumentan las reacciones emocionales negativas que producen un fuerte malestar subjetivo, que se caracteriza por inseguridad, temor, preocupación, bloqueo de la actividad cognitiva e irritabilidad. Promoviendo cambios en la conducta. (3)
Malos hábitos alimenticios
Los malos hábitos en la alimentación favorecen el desarrollo de trastornos endocrinos, metabólicos y de algunas enfermedades; entre los malos hábitos están: la falta de horarios fijos para la alimentación, el exceso de azúcar, sal y grasas, una dieta poco balanceada. (5)
La alimentación está constituida como uno de los elementos más importantes de la calidad de vida. Una buena alimentación es importante para vivir bien. Tanto en la infancia como en la adolescencia y la edad adulta, una buena alimentación es fundamental para llevar una vida sana. Se debe cuidar de manera habitual el consumo de sustancias tales como la sal y el azúcar y buscar soluciones que aporten sabor a los platos, evitando su uso.
El sedentarismo
El sedentarismo trae consigo muchas complicaciones de salud. El sedentarismo tiene sus inicios en la infancia y está asociada a la ingesta de alimentos poco saludables y a la falta de ejercicio físico. El sedentarismo está relacionado con la reducción de la esperanza de vida y la pérdida de la autoestima, además influye en el desarrollo de enfermedades del aparato locomotor y de sostén.
Referencias
- Yolanda Inés Sandoval Gil. Subdirección de Enfermedades no Transmisibles, Dirección de Promoción y Prevención. Ministerio de Salud. Efectos en la salud por el consumo de tabaco. Septiembre de 2018. Disponible en: https://www.minsalud.gov.co/sites/rid/Lists/BibliotecaDigital/RIDE/VS/PP/ENT/abece-efectos-salud-tabaco.pdf
- Capote González C. Mensajes familiares sin alcohol. Trabajadores 2004 abril 19: 4 (1-4).
- Lopategui Corsino E. Manejo del estrés. (s.l.): (s.n.); 2002.
- Pimentel P. Una alimentación equilibrada para la edad adulta y en adelante. Rev. Pronto Canarias 2003; (1641): 44 – 8.
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