La limpieza dental es recomendada constantemente por los expertos y alrededor de ella se esconden muchos mitos. Aun llevando una buena higiene bucal, hay resultados que no se obtienen con el cepillado diario.
Es realmente indispensable una limpieza
Sí, porque hay zonas a las que es realmente difícil acceder al realizar la higiene, lugares donde sólo puede acceder un profesional con un instrumental específico. Y es en esos espacios donde la placa bacteriana se solidifica y se forman los depósitos de sarro. En algunos casos el apiñamiento de los dientes hace más difícil el acceso del cepillo para una higiene dental correcta, lo que puede generar enfermedades periodontales como la gingivitis o periodontitis.[1]
Por lo que es aconsejable acudir al dentista para realizarse una revisión periódica, y es él quien debe hacer la recomendación de con qué frecuencia se debe realizar una limpieza dental, pues cada paciente tiene necesidades diferentes.
En qué consiste la limpieza dental
La limpieza dental consiste en la eliminación de los depósitos de sarro con instrumental de ultrasonido. Unido a la limpieza con una pasta dental con profilaxis para eliminar las manchas que se producen por la dieta y el tabaco.
Es posible que pueda causar daño a nuestros dientes o encías
No. La limpieza dental cuando es realizada por un profesional no debería causar daño alguno a nuestros dientes o encías. Por eso, con el fin de evitar riesgos innecesarios, es importante acudir a un especialista.
Puede la limpieza dental producir sensibilidad dental
Sí, la limpieza dental puede causar sensibilidad dental, que no debe durar más de una semana. Esta sensibilidad ocurre porque se dejan al descubierto partes del diente que antes estaban cubiertas con sarro. Sin embargo, desaparece a los pocos días, la recomendación en estos casos es no tomar alimentos fríos o calientes. Si los síntomas persisten por más de una semana, la recomendación es acudir al dentista.
Una buena higiene dental inicia con el correcto cepillado de los dientes tres veces al día durante al menos dos minutos, después de la utilización de la seda dental para evitar la formación de sarro. La unión de estos, puede evitar las cuatro enfermedades más comunes y frecuentes derivadas de la mala higiene bucal:
- Halitosis: es producida por la mala higiene bucal y las caries. No usar el hilo dental y cepillarse a diario, facilitan la acumulación de restos de alimentos entre los dientes, la lengua y alrededor de las encías, que al descomponerse causan el mal olor de la boca.
- Gingivitis: afecta las encías inflamándolas, ocurre debido a la acumulación de placa y bacterias en el cuello de los dientes, produciendo sangrado.
- Periodontitis: cuando la gingivitis se torna crónica deriva en la destrucción del tejido que soporta los dientes. Y su consecuencia final es la pérdida de las piezas dentales.
- Caries: es la enfermedad dental más común, es producida por los ácidos de los alimentos en descomposición, principalmente azucarados y no se realiza una higiene dental correcta. Se hace evidente mediante una mancha oscura en la superficie externa del diente la cual, si no es atendida a tiempo, puede afectar el nervio y ocasionar la pérdida de la pieza dental
Con el correcto cepillado de los dientes, el uso continuado de hilo dental y una limpieza dental periódica se logra tener una salud dental perfecta.
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