La inseguridad emocional está relacionada con conductas, sentimientos y pensamientos negativos en los que se origina la desconfianza de las propias capacidades. Sin embargo, resulta complejo hacerse consciente de lo grave que puede ser. En su mayoría, las personas que sufren de inseguridad emocional la han desarrollado en la adolescencia. La atención oportuna, por parte de un profesional de la psicología, en caso de presentar síntomas, es muy importante para frenarla a tiempo, ya que los rasgos de la inseguridad emocional, no son rasgos que nazcan con el individuo.[1]
Causas de la inseguridad emocional
Durante el crecimiento y la vivencia de experiencias se va formando la inseguridad y va tomando espacio en las emociones y sumado al poco interés que pone la persona afectada en relacionarse con otros, puede aumentar el riesgo y generar un crecimiento descontrolado del padecimiento. Otros rasgos pueden ser:
- La introversión, que es uno de los rasgos que facilita la aparición y el fortalecimiento de la inseguridad emocional.
- Los niveles elevados de ansiedad, también pueden ocasionarla.
- La dependencia emocional.
- Algunos estilos de educación, en la infancia y la adolescencia, como por ejemplo la sobreprotección o el autoritarismo.
- La búsqueda de aceptación en grupos de referencia.
Las conductas de inseguridad emocional, que se adoptan durante las primeras etapas de la vida (niñez y adolescencia) suelen mantenerse hasta la edad adulta y pueden llevar al individuo a presentar problemas en situaciones importantes de su vida impidiendo acciones como la toma de decisiones y afrontamiento de retos, que menguan cada vez más su autoestima y afectan su comportamiento.
Síntomas de la inseguridad emocional
Esta conducta produce una serie de síntomas que es conveniente conocer, para de esa forma identificar el problema y buscar ayuda para superarla y dejarla de lado. En muchas oportunidades, se piensa erróneamente que estos síntomas forman parte de la personalidad, incrementando los riesgos y dificultades, pues al no llevar una vida social activa en la que se interactúe con otros, se corre el riesgo de aumentar la inseguridad emocional y se afecta gravemente la salud mental de la persona que la padece.
- La parálisis y las ganas de huir, frente a determinadas situaciones.
- La paranoia que se produce ante el pensamiento de que los demás se quieren aprovechar o burlar.
- El exceso de ego, la arrogancia o la agresividad, que a su vez son mecanismos de protección Todos estos síntomas de inseguridad emocional afectan el cumplimiento de objetivos personales, las relaciones con los demás y el comportamiento mismo de la persona.
- Cierta sensación de vulnerabilidad ante otras personas.
Tratamiento de la inseguridad emocional
Cuando se descubre este padecimiento, se debe buscar ayuda profesional para recibir un tratamiento adecuado. Existen medicamentos y terapias que pueden ayudar a la persona a desarrollar conductas encaminadas a superar la inseguridad emocional. El psicólogo es el profesional idóneo para evaluar, diagnosticar e indicar el tratamiento más adecuado.