La Organización Mundial de Salud promueve programas de lucha contra el cáncer de mama integrados con las enfermedades no transmisibles en el marco de programas que promueven el cuidado de la salud. Controlando los factores de riesgo específicos modificables como lo son la alimentación saludable, la actividad física, el consumo de alcohol, el sobrepeso y la obesidad, que pueden llegar a reducir considerablemente, la incidencia a largo plazo.[1]
También se ha podido demostrar a través de estudios epidemiológicos, que los tratamientos hormonales sustitutivos, utilizados durante la menopausia, están relacionados con el incremento del riesgo de sufrir cáncer de mama. De igual forma, si existe historia familiar, es conveniente mantener la alerta.
Las causas y factores de riesgo están relacionados con cualquier causa que incremente la posibilidad de tener una enfermedad, como el cáncer de mama. Los factores de riesgo mencionados anteriormente no implican la certeza de que se ve vaya a padecer la enfermedad.
Los factores de riesgo no modificables para una persona en concreto tienen que ver con la raza, el sexo, la edad, enfermedades previas, antecedentes genéticos, factores hormonales, enfermedades previas.
Pero, existen una serie de factores de riesgo que son modificables y que contribuyen en la prevención del desarrollo del cáncer de mama. Estos son los relacionados con factores hormonales exógenos, la descendencia, los tratamientos hormonales sustitutivos, la alimentación y la actividad física.
Existen además datos concluyentes relacionados con la incidencia del cáncer de mama, relacionados con aspectos de la vida diaria como la polución ambiental, la utilización de desodorantes antitranspirantes, el consumo de café, el hábito de fumar, los implantes mamarios.
Prevención
El control de los factores de riesgo específicos modificables, pueden llegar a reducir la incidencia a largo plazo.
Aunque se puede reducir el riesgo mediante medidas de prevención, esas estrategias no eliminan la posibilidad de sufrir cáncer de mama. Así pues, la detección temprana ayuda a mejorar el pronóstico y la supervivencia del cáncer de mama.
El conocimiento de los primeros síntomas y signos presentados en la población sintomática facilita el diagnóstico y, por ende, el tratamiento temprano. Y en la población asintomática,
RBSDCOL – 08 – v.01 / 03 de noviembre del 2020
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la aplicación sistemática de pruebas de tamizaje, con el objetivo de detectar anomalías que indiquen su presencia.
Independiente del método que se utilice en la detección precoz, el objetivo es lograr un descenso del diagnóstico cuando la enfermedad se encuentre avanzada, lo que implicaría, una reducción en gastos y puede dar lugar a que la enfermedad sea más vulnerable al tratamiento curativo.
Control
La sensibilización de la población en general, con relación al problema del cáncer de mama y los mecanismos de control existentes, así como la implementación y promoción de programas y políticas adecuados, son estrategias fundamentales para controlar el crecimiento en la población. Es preciso implementar estrategias combinadas para abordar la problemática que enfrenta Colombia actualmente, con los índices de cáncer mamario y que son la principal causa de muerte entre las mujeres mayores de 30 años, de manera eficiente y eficaz.
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