A lo largo de las últimas décadas existe un problema que se ha incrementado hasta volverse de salud pública. Se trata de la obesidad y aunque muchas personas desean bajar de peso, al final no lo consiguen. La realidad es que no es tan sencillo y no es suficiente con tener la disposición sino que se necesita de más elementos. Tampoco es un aspecto estético sino que tiene una relación directa con más de un centenar de enfermedades y padecimientos.
Un problema que no deja de crecer
Según datos de la misma Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel global. Es más, se estima que desde 1975 esta enfermedad se ha triplicado, logrando que en 2016, 1,900 millones de adultos la padecieran, así como 340 millones de niños y adolescentes.
La obesidad es una enfermedad multifactorial caracterizada por la acumulación anormal de grasa que genera un estado de inflamación crónica en el organismo. Además, es el primer paso para otras patologías graves como hipertensión arterial, diabetes tipo II, índices elevados de colesterol y triglicéridos, problemas osteoarticulares, riesgo de padecer cáncer, apnea del sueño y problemas cardiovasculares.
Los 10 pasos que se deben seguir para bajar de peso
Por su parte, el papel de los profesionales de la salud es muy importante para conseguir resultados satisfactorios con sus pacientes. Por lo mismo, la revista Salud Mental del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz” publicó un interesante artículo.
Se trata de un decálogo para bajar de peso y las implicaciones que tienen tanto la parte mental como los profesionales de la salud para conseguirlo. Las indicaciones que se mencionan son las siguientes:
- La relación entre la obesidad y la salud mental requiere la evaluación y el tratamiento de las principales condiciones de salud mental que afectan a esta población: trastornos depresivos, de ansiedad y alimentarios.
- Las personas con obesidad pueden sufrir discriminación, lo que afecta su bienestar emocional y socava su salud física y mental. “Por ello, debemos promover estrategias y programas para mitigar el estigma en todas sus formas”.
- Esta discriminación puede desencadenar respuestas de estrés fisiológico que alteran el control neuroendocrino y contribuyen al aumento de la adiposidad, con mayor riesgo de comorbilidades metabólicas y cardiovasculares.
- Los profesionales de la salud mental pueden aportar valiosas intervenciones para un abordaje integral y multidisciplinar del sobrepeso y la obesidad y reforzar las estrategias de cambio de hábitos encaminadas a lograr estilos de vida saludables.
- Los profesionales de la salud mental tienen que desarrollar capacidades para integrar equipos multidisciplinarios en el tratamiento de la obesidad, especialmente durante el protocolo prequirúrgico de cirugía bariátrica para diseñar tratamientos personalizados con un enfoque multidisciplinario.
- En el tratamiento de la obesidad, los profesionales de salud mental tienen que detectar trastornos depresivos o de ansiedad, que requieren diagnóstico y tratamiento especializado.
- Para el tratamiento psicofarmacológico en pacientes con sobrepeso u obesidad, se aconseja, en la medida de lo posible, elegir aquellos con efecto peso-neutro o asociados a la pérdida de peso.
- Dado que la presencia de síntomas depresivos atípicos en pacientes con trastornos afectivos contribuye al aumento de peso, la elección de la terapia debe guiarse por la respuesta clínica que contribuye a la pérdida de peso.
- En busca de evitar estigmatizar a pacientes con obesidad, los profesionales de la salud mental transmiten mensajes de apoyo a los pacientes e incluyen en sus intervenciones consejos sobre estilos de vida saludables.
- La iniciativa NutriCOI basada en el Código Nutricia es apoyada por los profesionales de salud mental mediante la cual alientan a los distintos sectores académicos a comportarse de manera ética, transparente y profesional ante posibles conflictos de interés.