A lo largo de la vida existen distintos problemas de salud que se pueden presentar. Por lo regular, en la etapa adulta y vejez hay mayor riesgo para desarrollar algunos aunque eso no significa que todos los van a tener. Dentro de esta lista está el Parkinson y aunque tiene una alta incidencia todavía hay información como sus síntomas que no son conocidos por la población en general.

En ese tenor, el especialista del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM, José Bargas Díaz, señala que México carece de una estadística certera con el número de pacientes. Aunque en naciones de primer mundo se estima que después de los 60 años de edad, al menos el seis por ciento de la población padece esta enfermedad.

El mal de Parkinson es un trastorno crónico con el cual se puede vivir hasta 30 años. Se origina antes de que se presenten los primeros indicios motores, razón por la cual requiere diagnóstico temprano, pues en ocasiones las personas tardan de dos a cuatro años en acudir al médico.

Principales síntomas del Parkinson

Lo más importante es conocer las primeras señales de alerta para poder solicitar atención especializada de inmediato. La lista está conformada por las siguientes:

• Temblores involuntarios en un pie o una mano,
• Problemas para pronunciar las palabras, de escritura o de sueño.
• Lentitud en los movimientos.
• Rigidez muscular.
• Alteración en la postura y equilibrio.
• Pérdida de movimientos automáticos.
• Problemas urinarios o de estreñimiento.
• Dificultad para tragar y masticar.

Se ha documentado que el paciente puede presentar complicaciones como no dormir bien, tener pesadillas, hablar mientras está dormido, las cuales pueden acompañarse de ansiedad y depresión, refiere el experto en redes de conectividad neuronal.

El especialista que describió por primera vez la enfermedad

Ahora bien, cada 11 de abril se conmemora el Día Mundial del Parkinson y el motivo es porque se trata de la fecha de nacimiento del neurólogo británico James Parkinson. Él fue el encargado de documentar los primeros indicios de esta enfermedad e incluso por eso lleva su apellido aunque al inicio la llamó Parálisis Agitante.

Bargas Díaz puntualiza que al diagnóstico tardío se suma el hecho de que cuando la persona tiene los primeros síntomas los trata de esconder de otros. Como consecuencia, tarda en admitir que requiere tratamiento y genera que la gravedad del problema aumente. El inconveniente es que los nuevos, posibles e hipotéticos fármacos neuroprotectores no se administran a tiempo.

Los dos tipos de Parkinson que existen

El investigador del IFC explica que existen dos variantes del también llamado mal de Parkinson: la juvenil y la idiopática. La primera aparece antes de los 30 o 40 años y sus causas son genéticas. Mientras que la segunda es aquella en la cual la mayoría de los casos provienen principalmente por consumo de tóxicos, infecciones bacterianas o accidentes, aunque también por cuestiones genéticas.

Un ejemplo es el caso del actor canadiense-estadounidense Michael J. Fox quien lo contrajo debido a la droga sintética MPTP. Actualmente, este tipo de tóxicos se utilizan para replicar los síntomas de la enfermedad en animales de laboratorio y buscar fármacos o tratamientos más eficientes en su contra.

Respecto a las causas genéticas, el investigador detalla que se han detectado fallas en un organelo -estructura subcelular- llamado peroxisoma. Es el que se encarga de desechar o eliminar proteínas que terminaron su ciclo de vida. La mayoría de los genes relacionados con el Parkinson se vinculan con las proteínas que ayudan a expeler lo que ya no sirve.

“La investigación básica ha revelado que los primeros depósitos de alfa-sinucleina patológica se ven en las células intestinales y luego suben por los nervios que inervan el intestino y llegan hasta el cerebro. Esos depósitos no son una infección propiamente dicha, sino el producto de bacterias patógenas que empiezan a contaminar nuestro sistema, pues se propaga como un agente infeccioso. La alfa-sinucleina se comporta como un prión, es decir, no es un virus, no es una bacteria, pero se comporta como si fuera ambos”.

Es un problema grave de la vejez y de salud pública en todos los países. Es inconcebible que los hospitales de especialidad, ubicados en las zonas más alejadas, no cuenten con un tratamiento adecuado del padecimiento. Es una enfermedad que debe ser vista por especialistas de tercer nivel e incluso puede requerir cirugía estereotáxica cerebral por cirujanos bien entrenados.