Ya la gran mayoría de personas de los países más ricos han accedido a la vacuna contra la COVID-19, pero aún es necesario vacunar a gran parte del mundo. El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y el Centro Médico Beth https://www.saludiario.com/wp-content/uploads/2015/12/8f6d71a5-bigstock-human-brain-and-computer-chip-39563953-1-e1464383720513.jpg Deaconess, en Estados Unidos han desarrollado una nueva vacuna que puede contribuir a su mayor acceso, debido a que es barata, fácil de almacenar y eficaz a las vacunas de ARN.
Un nuevo artículo ha sido publicado en la revista “Science Advances” y los investigadores informan de que la vacuna, compuesta por fragmentos de la proteína de la espícula del SARS-CoV-2 dispuestos en una partícula similar a un virus, provocó una fuerte respuesta inmunitaria y protegió a los animales contra el desafío viral.
Esta vacuna contra la COVID-19 ha sido diseñada para que pudiera producirse mediante levadura, utilizando instalaciones de fermentación que ya existen en todo el mundo. El Instituto del Suero de la India, el mayor fabricantes de vacunas en todo el mundo, está produciendo ahora grandes cantidades de la vacuna y está realizando un ensayo clínico en África.
Todavía hay una población muy grande que no tiene acceso a la vacuna contra la COVID-19
“Todavía hay una población muy grande que no tiene acceso a la vacuna contra la COVID-19. Las vacunas de subunidades basadas en proteínas son una tecnología de bajo coste y bien establecida que puede proporcionar un suministro constante y es aceptada en muchas partes del mundo”, ha afirmado J. Christopher Love, profesor de Ingeniería Química Raymond A. y Helen E. St. Laurent en el MIT y miembro del Instituto Koch de Investigación Integrativa del Cáncer y del Instituto Ragon del MGH, el MIT y Harvard.
El laboratorio de Love, en colaboración estrecha con el laboratorio de Barouch (otro de los autores principales del estudio) en el BIDMC, comenzó a trabar en una vacuna contra la COVID-19 a principios de 2020. Su objetivo no era otro que producir una vacuna que no solo fuera eficaz, sino también fácil de fabricar. Para ello, se centraron en las vacunas de subunidades proteicas, un tipo de vacuna que consiste en pequeños trozos de proteínas víricas. Varias vacunas existentes, incluida una para la hepatitits B, se ha fabricado con este enfoque.
Cada uno de los componentes de la vacuna se pueden producir, por separado, en levadura
Cada uno de los componentes de esta vacuna (el fragmento de la proteína RBD y la partícula de la hepatitis B) puede producirse por separado en la levadura. A cada componente, los investigadores le añadieron una etiqueta peptídica especializada que se une a una etiqueta que se encuentra en el otro componente, lo que permite que los fragmentos de RBD se unan a las partículas del virus después de producirse cada uno.
Dalvie, estudiante de postgrado y autor de este estudio ha expresado que “una de las claves que diferencia a nuestra vacuna de otras es que las instalaciones para fabricar vacunas en estos organismos de levadura ya existen en partes del mundo donde las vacunas son más necesarias hoy en día”.
Cuando los investigadores tuvieron lista su vacuna contra la COVID-19 candidata, la probaron en un pequeño ensayo en primates no humanos. Para dichos estudios, combinaron la vacuna con adyuvantes que ya se utilizaron en otras vacunas: hidróxido de aluminio (alumbre) o una combinación de alumbre y otro adyuvante llamado CpG.