Durante la vida se pueden presentar distintas experiencias pero una que nadie quiere vivir es el fallecimiento de un ser querido. La realidad es que se trata de un aspecto que a cualquiera le puede ocurrir y aunque no se desea, lo correcto es saber enfrentar este tipo de situaciones. En ese tenor, los síntomas del duelo no solo se manifiestan a nivel emocional sino que también hay algunos físicos.
Con lo anterior en mente, una de tus actividades como médico es orientar a tus pacientes. Tu profesión es una de las mejor valoradas dentro de la sociedad y es algo que debes aprovechar. En ocasiones una simple plática es suficiente para conseguir su recuperación.
Por otra parte, la empresa de servicios funerarios Grupo Gayosso ofrece algunos consejos que son de utilidad para hacer frente a este tipo de problemas y lograr identificar los síntomas físicos que se manifiestan durante el duelo.
Una de las graves consecuencias de la actual pandemia es que muchos han perdido a un ser querido, o han perdido trabajo, proyectos, relaciones o bienes. Quizá esta serie de eventos han llevado a las personas a un momento en el cual todavía no han podido darle forma a la situación. Reciben, sienten y siguen, por lo cual no se han dado el tiempo para trabajar esta etapa de su vida y como consecuencia su cuerpo empieza a somatizar aquello que no han atendido. Por ello tratemos de entender las implicaciones de esto.
¿Qué es somatizar?
Somatizar es convertir un trastorno psíquico en un síntoma orgánico o funcional. Puede ser un dolor de cabeza constante, dolor de hombros, ronchas en la piel e incluso manchas que antes no se tenían.
¿Cómo vive el cuerpo una experiencia de duelo?
Pareciera que lo único que se ve afectado en un proceso de duelo es la mente, los pensamientos y sentimientos. Pocas veces se cree que el cuerpo también se ve afectado.
¿Cómo se podría detectar estas afecciones en el cuerpo?
Detectando esa sensación del estómago vacío, opresión en el pecho, hipersensibilidad a ruidos, cansancio excesivo, falta de apetito, sensación de ahogo, alucinaciones visuales o auditivas, pesadillas o debilidad, entre otras.
Es importante darnos cuenta de que el cuerpo está demandando mayor atención. Esto quiere decir que no podemos postergar por más tiempo la atención a estas sensaciones y sentimientos.
Quizá da miedo trabajar en ese proceso porque la sensación es de mucha tristeza y desconsuelo. Por ello es importante recordar que la única manera de sanar un proceso de duelo es cruzando por el mismo.
Es necesario acercarse a un profesional si no se sabe cómo empezar este proceso, seguramente ayudará a darle sentido al cúmulo de emociones y pensamientos que pasan por la cabeza.
“Por otro lado, algunos especialistas sugieren escribir en una hoja, cómo se siente hoy… Después de todo lo vivido, eso ayudará a darle forma a eso que pasa por la mente y en ese sentido podrás darle un seguimiento puesto que no es lo mismo pensarlo que verlo plasmado. De esta última manera se alinean mejor las ideas y es mucho más fácil saber por dónde empezar”, comenta el psicólogo Víctor Hugo Bolaños, colaborador del programa de Tanatología en Grupo Gayosso, “Otra recomendación es salir a hacer ejercicio, darse la oportunidad de caminar, oxigenar el cerebro, eso podrá brindar una sensación de frescura a la vida”.