En nuestra visión de la salud, hoy más que nunca reconocemos que la salud mental es parte fundamental del bienestar. “Sin salud mental, no hay salud. Punto”, explica la Dra Mafer Arboleda, anestesióloga especialista en dolor crónico y cuidados paliativos, experta en cannabis medicinal.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera la salud como un estado completo de bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. El concepto de salud mental implica bienestar personal, independencia y competencia, dependencia intergeneracional y aceptación de la capacidad de crecimiento y realización a nivel emocional e intelectual.
Así mismo la OMS calcula que la depresión afecta a más de 264 millones de personas, y es dos veces más frecuente en mujeres que en hombres. Mientras que alrededor de 21 millones padecen esquizofrenia y alrededor de 50 millones demencia. Tan solo en México, el 17% de las personas presenta al menos un trastorno mental y una de cada cuatro lo padecerá como mínimo una vez en su vida. Y a pesar de que cada vez se ha normalizado más la conversación sobre salud mental, aún falta mucho camino por recorrer, con un estimado de que sólo una de cada 5 personas con estos trastornos reciben tratamiento.
Recientemente, y tras la pandemia por COVID-19, miles de millones de personas en el mundo se han visto más afectadas en su salud mental, con mayores niveles de ansiedad generalizada, pasando del 3% a casi el 25-30%. Además, una de las consecuencias de sufrir de ansiedad y depresión es la alteración en el patrón del sueño, que ha pasado de un 10% a un 20-25% en estos últimos dos años, según explicó el Dr. Juan Manuel Orjuela, neuropsiquiatra colombiano con quien la Dra Mafer mantuvo una interesantísima conversación sobre estos temas aquí.
Cannabis medicinal y salud mental
Ahora, el uso de cannabis ¿ayuda o perjudica la salud mental? Primero que nada, tal y como lo aclara la Dra Mafer Arboleda, es muy importante determinar el objetivo o fin del consumo de cannabis. Hoy por hoy existen tres posibilidades para la utilización de esta planta milenaria: 1. Para fines medicinales bajo una supervisión médica estricta, 2. Para fines de uso adulto (“recreativo”), 3. Para fines industriales (ejemplo, construcción, textil, papel, alimentos, cosméticos, etc.)
Cuando una persona consume marihuana de forma crónica y excesiva para fines no medicinales (uso adulto) y en altas concentraciones de delta-9-tetrahidrocannabinol (THC), es posible que se generen complicaciones a nivel del sistema nervisoso central, agitación, ansiedad, psiscosis, ataques de pánico, así como riesgo de desarrollar dependencia y abuso, denominado actualmente trastorno por consumo de cannabis.
Esto sobre todo por los efectos que tienen las altas concentraciones de THC a nivel cerebral en ciertas funciones y habilidades neurocognitivas (aprendizaje verbal, memoria de trabajo verbal, inhibición motora, entre otras). Sin embargo, cuando se consume THC para fines medicinales, las dosis y concentraciones son tan bajas, que la posibilidad de desarrollar un uso problemático de cannabis o estos episodios psicóticos es remota. Otro de los compuestos de la planta de cannabis que se utiliza de forma frecuente en la práctica clínica es el cannabidiol (CBD), el cual se utiliza principalmente en el contexto de trastornos mentales, sobretodo por su reconocido y estudiado efecto ansiolítico. Entonces, el cannabis ¿un aliado o un enemigo de la salud mental?
En este sentido, la Dra. Mafer Arboleda explica que, de acuerdo con la evidencia científica disponible, los cannabinoides como coadyuvantes de las terapias convencionales pueden ser aliados importantes para aliviar algunos síntomas asociados a ciertas enfermedades mentales, principalmente a los trastornos de ansiedad social, trastorno de estrés postraumático, demencias, insomnio y depresión secundarios o asociados al dolor crónico y al cáncer.
En un estudio clínico se realizó una prueba que exponía a pacientes con trastorno de ansiedad social a hablar en público versus un grupo control de personas sanas. Los participantes recibieron una dósis única de 600 mg de CBD o placebo. Los pacientes que recibieron CBD vieron una reducción significativa en los niveles de ansiedad, en el deterioro cognitivo y la incomodidad en su desempeño del habla, además de que disminuyó significativamente la alerta en su habla anticipada. El grupo placebo presentó niveles más altos de ansiedad, deterioro cognitivo, malestar y alerta en comparación con el grupo control evaluados.
Otra investigación ha encontrado que dosis bajas de THC potencian la extinción de la memoria del miedo en voluntarios sanos y reducen las respuestas de ansiedad en pacientes ansiosos y con trastorno de estrés postraumático (PTSD, según sus siglas en inglés) sin inducir un efecto psicótico. Sin embargo, las dosis altas de THC están relacionadas con efectos ansiogénicos y psicóticos clínicamente relevantes en voluntarios sanos.
¿Qué pasa con el uso adulto de cannabis?
Si bien no todos los consumidores de marihuana presentan problemas de salud mental, los estudios de los últimos años apuntan un mayor riesgo de diversos trastornos mentales entre los usuarios pesados o duros de cannabis. Los riesgos están asociados a la edad de inicio del consumo –principalmente en menores de 18 años– la frecuencia del mismo y ciertas predisposiciones personales o familiares.
El uso inapropiado de marihuana de manera prolongada puede causar graves problemas de salud mental como: psicosis (alucinaciones), ansiedad (ataques de pánico), depresión y trastornos en el sueño, pero estos síntomas en general desaparecen una vez que cesa o se suspende de forma definitiva el consumo de cannabis. Los adultos que han sido diagnosticados con trastorno por consumo de cannabis tienen otras alteraciones psiquiátricas concomitantes como trastornos de ansiedad, depresión, trastorno de estrés postraumático y trastorno por déficit de atención e hiperactividad (ADHD, por sus siglas en inglés). Generalmente, se requiere de programas especiales de ‘detox’ y de un equipo multidisciplinario de expertos en adicciones que apoyen al paciente en el proceso de cesación de cannabis, pues en más del 50% de los casos se pueden producir síntomas de abstinencia.
En investigaciones recientes se ha visto que las personas que consumen cannabis y tienen una variante específica del gen AKT1 (que codifica una enzima que afecta las señales de dopamina en el estriado) tienen un riesgo mayor de sufrir de psicosis. El estriado es la parte del cerebro que se activa y se inunda de dopamina en presencia de ciertos estímulos. Un estudio halló que el riesgo de psicosis entre quienes tienen esta variante fue siete veces mayor para quienes consumían marihuana diariamente, en comparación con quienes la consumían en forma espaciada o no la consumían.
Por último, y para responder a la pregunta inicial, el uso de cannabis ¿ayuda o perjudica la salud mental? la Dra. Mafer lo resume de la siguiente forma:
- Los cannabinoides, principalmente el CBD y el THC (en dosis muy bajas) pueden llegar a ser importantes aliados en el control de síntomas de trastornos mentales específicos, siempre y cuando exista una supervisión médica, y se tenga en cuenta que el cannabis medicinal es un complemento de los tratamientos tradicionales.
- El consumo descontrolado y excesivo de marihuana, en especial de altas concentraciones de THC, puede perjudicar las funciones y habilidades mentales y ocasionar graves problemas de salud mental.
- Siempre se debe hacer una valoración médica completa para determinar si el paciente es candidato o no para usar tratamientos con base en cannabinoides. Por esto es fundamental acudir con un profesional calificado en la materia que pueda prescribir de manera adecuada, responsable y segura al cannabis medicinal.