Investigadores de la Academia de Ciencias de China en Beijing han informado recientemente sobre nuevas e intrigantes evidencias de un posible origen de la variante Omicron: un ratón, por transferencia zoonótica inversa.
Su idea principal es que un ratón podría haber sido infectado de alguna manera con el virus humano por “transferencia zoonótica inversa”, después de lo cual el virus evolucionó todas o muchas de sus 45 nuevas mutaciones, y luego se transfirió de nuevo a los humanos.
Transferencia zoonótica inversa: Aún hay mucho que demostrar
Si bien esta teoría podría explicar por qué Omicron parece tan anómalo cuando se representa en un árbol filogenético contra los sospechosos habituales, existe un problema importante: el homólogo de ratón del receptor ACE2 humano (hACE2), que el virus normalmente usa para ingresar a las células, tiene poca afinidad por la proteína de pico SARS-CoV-2 de emisión estándar. Tan poca, de hecho, que para estudiar el virus en este animal de investigación preferido, los científicos deben introducir artificialmente hACE2 para crear ratones que muestren cualquier dificultad respiratoria significativa tras la infección.
Teniendo en cuenta estos asuntos, ¿cómo pudo haberse arraigado en ratones el un virus humano? Varias cosas son evidentes con respecto a cómo la secuencia de Omicron y las secuelas de la enfermedad difieren de las de las otras cuatro variantes.
Si bien Omicron parece ser más transmisible, también parece ser menos severo; no parece apuntar a diferentes clases de células en el pulmón profundo de la misma manera. Estos tipos de células pueden incluir células epiteliales bronquiolares y alveolares, macrófagos alveolares y neumocitos designados de diversas formas. Una posible explicación aquí es que Omicron no se basa en la recepción de ACE2 y la posterior escisión de TMPRSS para la infección. En cambio, parece preferir la captación endosómica directa y la escisión por las enzimas catepsina.
La idea de que alguna haya podido propagarse al final con facilidad entre los ratones, evolucionar y regresar después a los humanos dibuja un horizonte en el futuro en el que este coronavirus puede tener un eterno retorno a la especie humana, con casi nulas posibilidades de erradicación.
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