La Medicina es una profesión que ofrece recompensas bastante gratificantes como recibir el agradecimiento de un pacientes. De hecho, tan solo ver su evolución y recuperación es un aliciente que motiva para continuar por el mismo camino. Pero tampoco se puede ignorar el punto opuesto marcado por todos los riesgos del trabajo. Tener la salud de otros en tus manos es bastante peligroso por todo lo que implica. El ejemplo más reciente se puede apreciar con un anestesiólogo que ha sido acusado de causar la muerte de una paciente por sobredosis.
Relato de lo ocurrido
Con base en el semanario Proceso, todo se generó en un consultorio dental del municipio de Amozoc de Mota en Puebla. Al lugar llegaron unos padres de familia con su hija de cuatro años que presentaba dolores de muelas.
Por su parte, el lugar es atendido por un hijo y padre que se desempeñan como dentista y anestesiólogo, respectivamente. En apariencia era un trabajo de rutina y entre los dos se encargaron de atender a la menor.
De acuerdo con lo relatado por los padres de la paciente, después de una revisión los profesionales de la salud señalaron que era necesario aplicar anestesia general para continuar con la atención. Aunque la situación se tornó extraña cuando le solicitaron a los acompañantes abandonar el consultorio y permanecer en la sala de espera.
Así transcurrieron varios minutos hasta que los dos encargados de atender a la niña salieron para comunicar que había un “pequeño” problema. Sin especificar de lo que se trataba se comunicaron con la Cruz Roja para solicitar una ambulancia. Al poco tiempo llegaron los paramédicos tan solo para confirmar que la menor ya no tenía pulso.
¿Quiénes son los responsables?
Todo ha sido muy extraño para la familia aunque de inmediato presentaron una denuncia contra el anestesiólogo y lo acusan de provocar la sobredosis que derivó en el fallecimiento de la menor.
También existen varias inconsistencias en el caso que han levantado sospechas. En primera instancia, los padres de la menor aseguran que jamás se les explicó de forma detallada el procedimiento que se le haría a su hija. Además tampoco firmaron una carta de consentimiento sobre lo que estaba a punto de suceder dentro del consultorio dental.
Por otra parte, lo que ha generado más indignación es que hasta el momento tanto el dentista como el anestesiólogo permanecen prófugos de la ley. El consultorio permanece cerrado y se desconoce el paradero de ambos.
Al final, todo hace suponer que el anestesiólogo provocó la muerte de la paciente por una sobredosis, lo que implica una grave negligencia médica. El caso permanece en revisión pero ya ha generado fuertes dudas sobre el correcto actuar de un profesional de la salud en este tipo de casos.