Durante los últimos años se han incrementado los esfuerzos para combatir el cáncer cervicouterino. Todo parte del hecho de que cada vez afecta a más mujeres y ocurre en edades más tempranas. Antes solía aparecer después de los 40 años y ahora se han notificado casos desde los 25. Por eso es fundamental la prevención pero también la atención oportuna a los casos notificados.
La atención para este tipo de pacientes debe realizarse desde un enfoque multidisciplinario. Debe complementar las acciones dirigidas a elevar el bienestar físico y emocional de las pacientes durante su diagnóstico y tratamiento para maximizar su calidad de vida.
El enfoque integral establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2020 para la erradicación del cáncer cervicouterino está conformado por tres pilares. Se trata de la prevención, detección efectiva y tratamiento de lesiones precancerosas. Mientras que en nuestro país ha sido adoptado por el Modelo para la Atención del Cáncer Cervicouterino Localmente Avanzado y Avanzado (MICAELA) del Instituto Nacional de Cancerología (INCan).
La atención individualizada, protocolizada e integral es el eje fundamental del programa MICAELA, que ofrece a sus pacientes incorporadas tratamiento en las áreas de oncología médica, nutrición, psico-oncología y algología, acciones que contribuyen a mejorar el abordaje terapéutico de las pacientes.
¿Cómo funciona el tratamiento?
El apoyo en oncología permite la individualización de esquemas de tratamientos en esta área, de acuerdo al perfil de cada paciente, con y sin comorbilidades, con y sin deterioro renal o edad geriátrica.
La atención nutricional se enfoca en identificar a las pacientes en riesgo de desnutrición o desnutridas antes, durante o después del tratamiento oncológico porque esta condición es frecuente en pacientes con cáncer y oscila entre el 40 y 80%. Así como la realización de tamizaje y evaluación nutricional en pacientes que acuden por primera vez a consulta, utilizando métodos antropométricos, clínicos y dietéticos para un diagnóstico certero nutricional.
Mientras que la atención de psico-oncología permite detectar riesgos de distrés emocional para identificar a las pacientes y sus cuidadores primarios que requieren atención psicológica por presentar ansiedad, depresión o afrontamiento desadaptativa, consulta para fortalecer la adhesión terapéutica.
Por otra parte, el apoyo algológico, permite dar seguimiento al dolor y sintomatología ocasionada por el tratamiento oncológico o por dicho padecimiento, que permite una óptima calidad de vida.
Actualmente, MICAELA cuenta con 1,170 pacientes con cáncer cervicouterino incorporadas, de diferentes estados de la República y que no cuentan con seguridad social. Tan solo durante 2021 han recibido más de 17 mil consultas en las áreas de cobertura del Programa como, oncología, nutrición clínica, manejo del dolor y psico-oncología.
Entre las acciones del programa MICAELA destacan la prevención primaria mediante promoción de la salud tendiente a reducir el riesgo de infección por VPH (Virus de Papiloma Humano), proporcionar información relevante sobre sexualidad saludable y reducción de factores de riesgo, así como, capacitación de profesionales de la salud de diversos estados; prevención secundaria, a través de tamizaje y tratamiento de lesiones precancerosas, atención y tratamiento del cáncer cervicouterino.
A partir de su creación, el Programa MICAELA ha otorgado 24 mil 727 consultas. Ha contribuido a la educación médica continua capacitando a más de tres mil profesionales de la salud de los servicios estatales de salud donde se priorizó la actualización en entidades con alta prevalencia de cáncer cervicouterino. El objetivo es colaborar en la formación de recursos humanos en salud especializados en la atención de estos casos, fortalecer sus capacidades para diagnosticar oportunamente a las pacientes, sensibilizar sobre el uso de la vacuna contra VPH para promoverla entre la población y estandarización de tratamientos oncológicos multisectoriales.