Aunque los tumores han existido desde hace miles de años ha sido en décadas recientes cuando han mostrado un aumento exponencial. En parte es debido a que las personas ahora viven más años pero también al cambio en el estilo de vida. Uno de los inconvenientes es que se pueden desarrollar en cualquier parte del cuerpo. Por otra parte, también existen algunos que son más peligrosos que otros, como el cáncer de pulmón que tiene la mayor tasa de mortalidad del mundo.
De acuerdo con el Dr. José Manuel Celaya, director médico de Bristol Myers Squibb México, este fenómeno se debe a que la mayoría de casos de esta neoplasia se detectan en etapas tardías. Inclusive esto ocurre cuando se ha generado metástasis y el problema se ha expandido a otras partes del cuerpo como el cerebro, huesos, hígado y glándulas suprarrenales.
“Se trata de una enfermedad que cobra la vida de más del 80% de quienes la padecen; sin embargo, una vez detectado, el pronóstico es de 4 a 5 meses sin tratamiento y hasta tres años con una terapia adecuada”.
Explicó que existen dos tipos de cáncer de pulmón: el de células pequeñas (microcítico), que representa entre 10-15% de los diagnósticos y el de células no pequeñas (no microcítico), que es el más común con 80-85% y se divide en adenocarcinoma, carcinoma de células escamosas y carcinoma de células grandes.
Peligrosidad y señales de alerta
Con base en las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año fallecen 10 millones de personas por algún tumor. Aunque de dicha cifra 2.21 decesos son causados por cáncer de pulmón y la tendencia se mantiene a la alza.
Si bien, la mayoría de las personas con este tipo de neoplasia tienen antecedentes de tabaquismo activo o pasivo, se estima que entre un 10% y 20% de todos los casos ocurren en quienes nunca han fumado, siendo más frecuente en mujeres y a una edad más temprana.
Agregó que otros factores de riesgo son antecedentes familiares, enfermedades pulmonares previas, contaminación del aire, consumo de arsénico en agua potable y exposición al humo de segunda mano (por ejemplo, por cocinar con leña dentro del hogar), radón o asbesto. Ante esta situación dijo que es fundamental desmitificar este padecimiento y eliminar el estigma de que solo es exclusivo de fumadores.
“Desafortunadamente, síntomas como tos persistente que empeora en intensidad o se acompaña de sangre, dificultad para respirar, pérdida de peso o del apetito, voz rasposa o ronca y dolor en el pecho u óseo, entre otros, no aparecen sino hasta que el cáncer se encuentra en una etapa avanzada. De ahí que ante la presencia de uno o varios de ellos se debe acudir con un médico oncólogo para que pueda realizar un diagnóstico precoz y ofrecer al paciente el tratamiento más adecuado según su tipo de cáncer”.
¿Cómo se debe detectar el cáncer de pulmón?
Además de los antecedentes médicos y la exploración física, expuso que una radiografía de tórax es a menudo la primera prueba que el profesional de la salud pedirá para saber si hay lesiones en los pulmones. Si algo se ve sospechoso, solicitará estudios adicionales como una tomografía computarizada, resonancia magnética, análisis de la mucosa (citología del esputo) y biopsia.
Ya confirmado el diagnóstico, existen diferentes opciones de tratamiento como cirugía, radioterapia, quimioterapia, terapia dirigida e inmunoterapia. Cada una depende del tipo de cáncer, tamaño, localización, etapa en que se encuentre el tumor y, en general, del estado de salud del paciente.
Debido a que el cáncer de pulmón es una enfermedad compleja, el Dr. Celaya indicó que se requiere un diagnóstico y un tratamiento individualizado.
“La ciencia ha avanzado tanto que hoy comprendemos mejor su biología, las mutaciones que ocurren a nivel genético y cómo funcionan ciertas proteínas en las células cancerosas, lo que ha permitido el desarrollo de innovaciones terapéuticas que son una alternativa a la cirugía, radioterapia y quimioterapia. Entre ellas figura la inmunoterapia, un tipo de tratamiento que estimula o activa el sistema inmunológico para que éste reconozca y destruya las células malignas”.
Estudios clínicos con inmunoterapia o en combinación con otras terapias han demostrado una mejora significativa del paciente; incluso, cuando se utiliza en primera línea en lugar de los tratamientos convencionales.
Finalmente, el Dr. José Manuel Celaya, expuso que el Día Mundial del Cáncer de Pulmón representa una oportunidad para reflexionar sobre la urgente necesidad de que las personas eviten los factores de riesgo y vayan con el médico ante el menor síntoma, pues su detección temprana y la disponibilidad de nuevos tratamientos están ofreciendo a los pacientes con esta enfermedad una nueva esperanza, ayudándolos a vivir más tiempo con una mejor calidad.