La personalización de las vacunas es el futuro de la Medicina: UNAM

A través de la personalización de las vacunas sería posible desarrollar alternativas contra enfermedades como el cáncer y el VIH.

Si algo ha demostrado la actual pandemia de Covid-19 es la importancia que tienen las vacunas. Pero aunque se trata de un invento creado hace cientos de años todavía falta mucho por investigar. En especial se requiere de opciones de protección contra el cáncer y VIH que son de los proyectos que están en desarrollo. La personalización es una de las claves y en caso de conseguirse alguna sería uno de los pasos más grandes en la historia de la Medicina

Al respecto, Javier Sacristán de Alva, encargado de Educación Continua del Programa Universitario de Estudios sobre Asia y África (PUEAA) de la UNAM, consideró que esos padecimientos se deben resolver de la mano entre los ámbitos social y técnico.

En tanto, Jacobo Silva Parada, becario posdoctoral en el PUEAA y profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, refirió el caso de la India donde el sistema de salud es inequitativo y hay aproximadamente 2.3 millones de personas infectadas de VIH. Con esto, es el tercer país en el mundo con más afectados.

Personalización de vacunas 

A su vez, Everardo González González, del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), explicó que la Biología Molecular creó una revolución. Un proyecto de la farmacéutica Moderna es desarrollar biológicos personalizados, particularmente contra el cáncer.

“Es una enfermedad heterogénea, por lo que esa vacuna tendría capacidad de seleccionar elementos característicos de cada paciente y tratar de garantizar un mayor efecto, protección, una mejor terapia. Eso va de la mano con las tecnologías de secuenciación, que determinan el código genético presente en las células tumorales y que las vacunas vayan directo, con mayor precisión a su objetivo. Esos proyectos están en estudio; son lo que viene.

El biotecnólogo afirmó que con la evolución de las técnicas aumentó la posibilidad de generar biológicos más seguros, aunque dijo que siempre habrá riesgos pero la intención es que cada vez sea mínimo y con mayor eficiencia y eficacia para la protección contra enfermedades.

Agregó que hay más de 80 vacunas aprobadas por la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA). Entre las más importantes contra el cáncer están: Provenge, en 2010, y cinco años después la segunda, contra cáncer de próstata y adenomas, una basada en virus de herpes modificado genéticamente, “entrenado” para atacar las células cancerosas que se administra directamente en los tumores; y la otra es mediante aislamiento de células dendríticas del paciente que se “entrenan” in vitro para atacar a los tumores y luego se vuelven a implantar como vacuna.

González González recalcó que es necesario que ciencia y tecnología vayan de la mano con la parte social, cultural y hasta religiosa, porque se puede contar con vacunas y otros avances, pero también hay impedimentos para que lleguen a las personas.

La importancia de la vacunación

En la sesión moderada por Martín Bonfil Olivera, de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM, Itzel Montserrat Lara Mayorga, también del ITESM, explicó que hay cáncer asociado con virus y otros que se producen por diversas vías.

“Es complejo, razón por la cual no se ha logrado una vacuna o cura definitiva. Es una enfermedad donde intervienen factores biológicos, ambientales y sociales”; por ejemplo, 75 por ciento de los casos de cáncer de mama se asocian más con el estilo de vida”.

Además, hay distintos tipos de cáncer, dependiendo del órgano donde se desarrolle. La genética hace que sea diferente de un paciente a otro y no todas las células que conforman un tumor son iguales.

En el caso del virus de inmunodeficiencia humana, mencionó que hace algunos años tener diagnóstico de VIH era sinónimo de muerte, pero se crearon diversos tratamientos eficaces los cuales lograron que prácticamente en la actualidad sea una enfermedad crónica. Ahora existe un estudio fase 3 del cual México forma parte. Los resultados del nuevo fármaco se tendrán a finales de 2023 o inicios de 2024.