Los médicos pueden confiar en las recomendaciones de las guías de práctica clínica para el tratamiento de los pacientes. Sin embargo, todos saben ¿cuál es su utilidad real para los médicos?
¿Qué es una guía de práctica clínica?
Una guía de práctica clínica es una declaración publicada que incluye recomendaciones destinadas a optimizar la atención al paciente.
En México, las guías de práctica clínica (GPC) son consideradas por la Secretaría de Salud como un elemento de rectoría en la atención médica. Cuyo objetivo es establecer un referente nacional para favorecer la toma de decisiones clínicas y gerenciales. Además, están basadas en recomendaciones sustentadas en la mejor evidencia posible, a fin de contribuir a la calidad y la efectividad de la atención médica.
¿Cómo se estructuran las guías de práctica clínica?
Por lo general, las recomendaciones acompañan a los métodos de desarrollo de la guía, un resumen de la evidencia de respaldo y una justificación de las decisiones del panel.
Para utilizar estas pautas de manera óptima, los médicos deben comprender las implicaciones de las recomendaciones. Así como evaluar la confiabilidad del proceso de desarrollo y evaluar hasta qué punto las recomendaciones son aplicables a los pacientes en su entorno de práctica.
Las guías útiles consideran todos los factores relevantes que influyen en una decisión clínica
Las recomendaciones útiles son claras y viables, y especifican explícitamente si son fuertes o débiles, son apropiados para todos los pacientes o dependen de las circunstancias y valores de cada paciente. Las pautas y recomendaciones rigurosas se basan en revisiones sistemáticas actualizadas y debidamente realizadas que consideran que los resultados son importantes para los pacientes.
Debido a que los juicios están involucrados en la interpretación de la evidencia y el proceso de pasar de la evidencia a las recomendaciones. Las guías útiles consideran todos los factores relevantes que influyen en una decisión clínica y no están influenciados por conflictos de intereses.
La pregunta obligada es: ¿cuál ha sido su utilidad real en la práctica clínica?
Las herramientas que el médico posee deben ser no solo un modo de lograr la calidad y seguridad en la atención. Sino también una protección para el mismo toda vez que el apego a las GPC y las NOM.
Si bien no exime de responsabilidad al personal de salud, contribuye a disminuir el riesgo de error en la práctica y, a la postre, demandas y/o conflictos médico-legales.
Sin embargo, como podemos observar en el estudio la Revista Española de Cardiología, las GPC tienden a ser ignoradas o poco observadas en la práctica diaria. Dejando de lado el esfuerzo conjunto que agrupaciones médicas y autoridades llevan a cabo para su realización.
Su importancia en la práctica médica diaria
Sin duda, las GPC son necesarias para ordenar, evaluar y graduar el conocimiento disponible sobre una entidad clínica específica y con ello disminuir la variabilidad en la práctica debida a la incertidumbre.
A diferencia de las normas oficiales mexicanas (NOM), no son de observancia obligatoria. Pero son útiles para facilitar la toma de decisiones clínicas de calidad a los profesionales sanitarios, para mejorar los resultados de salud. Así como la información y la capacidad de elección para los pacientes y para mejorar la eficiencia global de los sistemas sanitarios contribuyendo a la mejora en la calidad de la atención sanitaria prestada a los pacientes.
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