El documento “Prevalencia global y peso de los trastornos de depresión y ansiedad en 204 países y territorios en 2020 durante la pandemia de COVID-19”. Revela que “la aparición de la pandemia COVID-19 ha creado un entorno en el que se exacerban muchos factores determinantes de la mala salud mental”.
Países con mayor depresión y ansiedad por COVID-19
El estudio destacó una lista de los países en América Latina con niveles altos de esos padecimientos entre los que se encuentran:
México
Belice
Honduras
Guatemala
Panamá
Ecuador
Perú
Chile
Argentina
Bolivia
Países que subieron el índice de depresión
A nivel mundial, los países que subieron el índice de depresión y ansiedad son: Bangladesh, Egipto, Iraq, Irán, Kirguistán, Nepal, Sudáfrica y Turquía.
The Lancet señaló que “es imperativo contar con información sobre los impactos del COVID-19 en la salud mental de una manera que informe las respuestas del sistema de salud” de cada país.
Profesión médica: con más riesgos mentales
Resulta que los médicos son más propensos a los problemas de salud mental que cualquier otra profesión. Sus condiciones de trabajo son más estresantes y castigadoras que cualquier cosa.
Un informe en el British Medical Journal en 2011 encontró que un tercio de los médicos tienen un trastorno de salud mental. Una encuesta realizada el año pasado por el Royal College of Physicians entre médicos jóvenes descubrió que el 70% trabajaba en una rotación que carecía de personal permanente. El 80% sentía que su trabajo los sometía a un estrés excesivo y una cuarta parte sentía que tenía un impacto grave en su salud mental.
La sabiduría convencional dice que los médicos cauterizan sus emociones para protegerse, pero la evidencia sugiere que, de hecho, reprimir sus sentimientos hace que estallen más rápidamente.
Impacto del COVID-19 en los médicos mexicanos
María Zavala, psicóloga del área de salud mental en el Hospital Regional 72 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en Tlalnepantla, explica que el problema es que están al límite.
Incluso si hoy terminara la pandemia, es altamente probable que ese personal quede con secuelas psicoemocionales, como estrés postraumático y ansioso depresivo, lo cual pretenden evitar los psicólogos y psiquiatras que se han volcado a atender a sus compañeros.
Por ello, desde ahora se tiene claro que la atención psicológica y psiquiatra a los médicos en el frente Covid es de largo plazo, porque es un problema detonado.
Notas relacionadas:
Así actúa el nuevo fármaco presentado por AstraZeneca contra el COVID-19
¡Esperanza! Merck solicita autorización urgente para el uso de píldora contra COVID
Pacientes con COVID ligero tienen más riesgo de daño cardíaco