La actual pandemia de Covid-19 ya ha provocado 219 millones de casos y el fallecimiento de 4.55 millones de personas. El final de la emergencia sanitaria todavía luce bastante lejano e inclusive la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dicho que es probable que el virus SARS-CoV-2 podría nunca desaparecer. De ser así podría volverse endémico y eso provocaría cambios de por vida en todo el planeta.
Ahora bien, ante un problema de esta magnitud se ha requerido de soluciones igual de grandes. La mayor ha derivado en la creación de una vacuna contra esta nueva enfermedad. A la fecha existen alrededor de dos decenas de farmacéuticas que han creado su propia fórmula. Son las que ya cuentan con la autorización para su aplicación en distintos países.
En ese sentido, sin importar el fabricante, el objetivo de todas las inmunizaciones es el mismo. Aunque varía su eficacia funcionan para generar anticuerpos y ofrecer protección contra etapas graves de la Covid-19. No evitan los contagios pero sí reducen de forma significativa el riesgo de fallecimiento.
El reto pendiente
Pese a lo anterior, lo que ahora falta es diseñar medicamentos que ayuden a quienes ya están infectados. Se trata del reto pendiente de la industria farmacéutica y ante lo que se trabaja para conseguirlo a corto plazo.
Aunque en realidad la solución no necesariamente estaría en un nuevo fármaco sino en los ya existentes. Por eso también se realizan ensayos constantes para verificar si alguno de ellos funciona contra la Covid-19.
En ese sentido, algunos como la Dexametasona y el Remdesivir han sido de los primeros en conseguirlo. Mientras que ahora se dio a conocer otro que también sería de utilidad para el tratamiento de pacientes ya infectados.
Otra potencial solución farmacológica
Todo parte de una investigación de la Universidad de Georgia en la que se identificó que el fármaco Probenecid ayudaría en la curación de los pacientes. El trabajo ya fue publicado en la revista Nature y menciona que su principal acción es bloquear el proceso de replicación del virus.
En este caso, este medicamento ha estado disponible desde hace más de 40 años. Es un agente uricosúrico que aumenta la excreción del ácido úrico por la orina, por lo que se indica fundamentalmente para el tratamiento de la gota y la hiperuricemia.
Mientras que de acuerdo con las nuevas investigaciones, su utilidad no solo se limitaría a la Covid-19. El trabajo menciona que también funcionaría contra otros virus respiratorios comunes y mortales como el virus respiratorio sincital y el de la gripe.
Por lo pronto van a continuar las revisiones para comprobar si realmente se trata de una opción que puede funcionar en contra de la enfermedad que ha causado la pandemia más preocupante de los últimos años. De ser así podría recibir la aprobación de las autoridades sanitarias.