La Medicina se caracteriza porque jamás se termina de aprender. No importa si cuentas con demasiados años de experiencia porque siempre hay nuevo conocimiento que aparece y es necesario adquirir. En ocasiones es mediante cursos o seminarios que ayudan para conseguir una recertificación. Aunque también puede ser con la simple atención diaria a pacientes. Cada día es distinto a los demás porque la variedad de situaciones que se pueden presentar es infinita pero muy pocas veces ocurre algo similar al siguiente caso clínico.
Relato de lo ocurrido
El hecho que ha causado asombro ocurrió en un hospital ubicado en la ciudad de Pristina, capital de Kosovo. Al lugar acudió un hombre de 33 años de edad con fuertes dolores en el estómago. Durante el interrogatorio reconoció que de manera “accidental” se había comido un teléfono celular. Desde entonces habían transcurrido cuatro días y conforme pasaron las horas las molestias incrementaron en intensidad.
Como lo menciona el portal Newsweek, una de las primeras reacciones de los médicos fue hacer unas radiografías. De esta forma se pudo comprobar que realmente sí había un aparato de comunicación dentro del cuerpo del paciente.
El jefe de cirujanos del nosocomio, Skender Teljaku, fue el encargado de atender la situación. Señala que nunca antes se había enfrentado a un caso clínico de este tipo. Aunque en ese entonces su mayor temor era que los ácidos del estómago diluyeran la batería del equipo móvil, lo cual podría ser mortal.
¿Cómo se solucionó?
Después de un profundo análisis se llegó a la conclusión de que la mejor forma para “retirar” el teléfono era mediante una endoscopia. De esta forma y sin la necesidad de abrir el estómago del paciente se consiguió la hazaña.
De acuerdo con el reporte el celular fue dividido en tres partes y así se logró expulsarlo del cuerpo.
Al final el procedimiento fue exitoso y el paciente ya fue dado de alta. Mientras que el cirujano menciona que es el caso clínico más inusual que le ha tocado atender. A la fecha no se ha explicado la forma en que el hombre habría ingerido “sin querer” el dispositivo.
Por otra parte, el especialista señala que lo más usual es que bebés o niños pequeños se traguen monedas u otro tipo de objetos de pequeñas dimensiones. Aunque en toda su trayectoria jamás había visto algo similar en un adulto.