La oferta de vacunas contra la Covid-19 que se han desarrollado y ya están disponibles cada vez es más amplia. Hasta ahora hay alrededor de dos decenas de opciones que se aplican en todo el mundo. Una de ellas es la fabricada por Johnson & Johnson y aunque ha mostrado resultados favorables también se ha visto envuelta en fuertes controversias.
En primera instancia se debe recordar que una de sus principales características es que solo requiere la aplicación de una dosis y no dos como la mayoría de las demás opciones. En tanto que las investigaciones han mostrado que a partir del día 14 de la inmunización las personas comienzan a generar anticuerpos.
Aunque se ha dudado de su eficacia, los reportes señalan que brinda una protección del 72 por ciento contra la Covid-19. Aunque cuando se trata de fases graves de la enfermedad ha demostrado funcionar bien.
Ahora bien, como los demás biológicos suele provocar algunas molestias y efectos secundarios de manera inmediata después de la inoculación. Los más frecuentes son cefalea, fiebre, escalofríos, fatiga y dolor en el lugar de la inyección. Aunque por lo regular desaparecen después de unas horas o máximo un día.
El problema más grande inició cuando la vacuna de Johnson & Johnson fue asociada con casos de trombosis que se han presentado en distintas partes del mundo. Como consecuencia Dinamarca ya suspendió por completo su aplicación. Mientras que Bélgica solo la recomienda en mayores de 41 años.
Pero ahora hay una nueva controversia. A través de un boletín la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) dijo que como parte del control continuo de seguridad se están revisando los datos sobre casos de Tromboembolismo Venoso asociado con esta inmunización.
Este problema de seguridad es distinto del efecto secundario muy poco común de Trombosis con Síndrome de Trombocitopenia (TTS) del que se alertó desde hace meses.
El Tromboembolismo Venoso se incluyó en el plan de gestión de riesgos de la vacuna contra la Covid-19 de Johnson & Johnson como un tema de seguridad a investigar, basado en una mayor proporción de casos de tromboembolismo venoso observados dentro del grupo vacunado en comparación con el grupo placebo en los primeros estudios clínicos utilizados para autorizar esta vacuna.
De momento se mantiene como una presunta relación y todavía no se cuenta con los argumentos suficientes para afirmarlo. La investigación se mantendrá hasta obtener un veredicto final. Mientras tanto se recalca que no se deben suspender las campañas de inmunización porque hasta ahora son más los beneficios que los posibles riesgos.