Desde hace poco más de medio año se aplican las distintas vacunas contra la Covid-19 que se han diseñado. Hasta ahora la variedad es de poco más de una decena que han logrado superar todas las etapas de ensayos clínicos. Mientras que detrás se encuentran más de un centenar de proyectos que están en diversas etapas de desarrollo. Algunos lucen más avanzados y podrían estar listos antes de que culmine este 2021. Mientras que otros apenas se encuentran en la fase preclínica.
Ahora bien, aunque el objetivo central es ayudar a la generación de anticuerpos contra esta nueva enfermedad no es el único. Otro aspecto fundamental que se cuida en cada una de las inmunizaciones es su seguridad. En especial se debe cuidar la seguridad de las personas. Por eso es muy importante verificar que no provoquen efectos secundarios graves.
En ese sentido es importante señalar que prácticamente todas las vacunas generan cambios en el organismo. Eso es natural y ocurre con las que se han fabricado para distintas enfermedades. Inclusive es un aspecto benéfico porque demuestra que el biológico fue aplicado de una forma correcta. Aunque cuando las molestias son de mayor intensidad o no desaparecen a las pocas horas es un sinónimo de que algo no está bien.
Efectos secundarios normales
A decir de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) son seis los efectos más comunes que provocan todas las vacunas actuales contra la Covid-19. La diferencia radica en que algunas personas son más sensibles que otras.
- Cansancio.
- Cefalea.
- Dolor muscular.
- Escalofríos.
- Fiebre.
- Náuseas.
Mientras que en el punto opuesto están los efectos que también se ha documentado que se presentan aunque en una proporción mínima. De acuerdo con un trabajo publicado en el New England Journal of Medicine existe uno muy preocupante porque hasta ahora es el que presenta la tasa de mortalidad más elevada.
Reacción de baja incidencia pero mortal
El síndrome señalado es Trombocitopenia y Trombosis Inmunológica Inducida por Vacunas (VITT) y principalmente está asociado a la vacuna de AstraZeneca. De acuerdo con las cifras presentadas se presenta un caso por cada 50 mil personas que reciben la inmunización en el grupo de menores de 50 años. Mientras que cuando tienen más de esa edad la cifra es de uno por cada 100 mil personas.
Ahora bien, de un total de 220 casos confirmados de VITT que se presentaron en hospitales del Reino Unido entre el 22 de marzo y el 6 de junio se obtuvo que el 23 por ciento falleció. Mientras que el riesgo de muerte aumenta significativamente al 73 por ciento en pacientes con un recuento de plaquetas muy bajo y hemorragias cerebrales después de la formación de coágulos de sangre en el cerebro.
El trabajo también menciona que se tiene conocimiento de muy pocos casos de este síndrome en personas que recibieron el biológico de Pfizer. Aunque en general la mayoría de las afectaciones están relacionadas con la vacuna de AstraZeneca. Mientras que hasta ahora se mantiene como el efecto raro con la tasa de mortalidad más alta que se ha identificado.
En tanto que pese a lo mencionado los encargados del trabajo concluyen que no significa que se le deba tener miedo o rechazar cualquiera de las vacunas contra la Covid-19 disponibles. La probabilidad de que ocurre este efecto secundario es bastante baja. Mientras que los beneficios que ofrecen las inmunizaciones es mucho mayor a los posibles riesgos.