Mientras el repunte de infectados se mantiene en ascenso en gran parte del planeta también existen más preocupaciones. Gracias al trabajo del personal médico se ha conseguido la recuperación de pacientes contagiados pero eso no significa que el problema esté resuelto. Ahora se ha identificado un nuevo término catalogado como Covid-19 prolongado que podría indicar que la enfermedad no desaparece con tanta facilidad.
En ese sentido, un aspecto muy importante y del que se ha hecho énfasis desde el inicio de la pandemia es siempre acudir con un médico desde la primera sospecha. Mientras más pronto se reciba una confirmación se puede empezar con un tratamiento adecuado. De lo contrario se corre el riesgo de que la enfermedad avance en intensidad o que simplemente se trate de otra patología.
Por otra parte, aunque hay millones de personas que se han infectado y recuperado no significa que todos sean casos de éxito. Cada vez son más frecuentes las personas con Covid-19 prolongado y también requieren de un seguimiento.
Una enfermedad que podría nunca desaparecer
A partir de las investigaciones más recientes se ha identificado que existen pacientes que continúan con molestias y secuelas a pesar de que el virus SARS-CoV-2 ya no se encuentre en su cuerpo.
Por lo anterior es que se ha optado por denominar Covid-19 persistente a la enfermedad cuando se mantiene en el paciente por un tiempo indeterminado. Hasta el momento se ha detectado que las secuelas se pueden prolongar hasta por cuatro meses después de haber sido dado de alta de un hospital.
Pero ahora investigadores del University College de Londres (UCL) realizaron el mayor trabajo sobre el tema. La investigación consistió en entrevistar a tres mil 762 personas de 56 países con diagnóstico confirmado de Covid-19 prolongado.
El resultado fue publicado en The Lancet y lo más llamativo es que se obtuvieron un total de 203 secuelas que pueden mantenerse hasta por siete meses después de egresar del hospital. Mientras que de la extensa lista los que se repiten con mayor frecuencia son los siguientes:
- Fatiga.
- Cansancio.
- Confusión mental.
- Alucinaciones visuales.
- Temblores.
- Picazón en la piel.
- Cambios en el ciclo menstrual.
- Disfunción sexual.
- Palpitaciones del corazón.
- Problemas de control de la vejiga.
- Herpes.
- Pérdida de memoria.
- Visión borrosa.
- Diarrea.
- Tinnitus.
Otras conclusiones que ofrece la investigación es que los pacientes que tuvieron molestias por más de medio año experimentaron un promedio de 14 síntomas a partir del séptimo mes. Mientras que en promedio se menciona que las personas desarrollan 56 molestias diferentes a lo largo de todo el proceso de recuperación.
También se menciona que es importante dar seguimiento inclusive cuando se sospecha que ya se superó la enfermedad. De todos los pacientes revisados el 89.1 por ciento sufrió de recaídas y en la mayoría de los casos fueron provocadas por actividad física o mental.
Cómo se debe atender a los pacientes recuperados
Finalmente, apenas hace unos meses la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó las nuevas directrices para el manejo de este tipo de casos. Lo primero que recomienda es el uso de anticoagulantes en dosis bajas para los pacientes que muestren síntomas persistentes incluso después de superar el virus.
Además también señala que debe existir una medición frecuente de oxígeno en la sangre. Por lo mismo, se hace hincapié en que los pacientes deben de contar con un pulsioxímetros en su domicilio. Mientras que sumado a lo mencionado también deben prevalecer las revisiones médicas periódicas para verificar la situación de los supervivientes.