Afortunadamente, los efectos secundarios de la vacuna, o la falta de ellos, no son un gran indicador de qué tan bien una vacuna protege contra COVID-19, dicen los expertos.
TODOS reaccionamos de manera distinta
“Todos somos un poco diferentes y todas nuestras respuestas inmunitarias son un poco diferentes”, dijo la Dra. Joanne Langley, profesora de pediatría y epidemiología en la Universidad de Dalhousie. “Y todos tenemos diferentes sensibilidades a la respuesta”.
Entonces, si no sentí ningún efecto secundario de ninguna de mis vacunas COVID-19, ¿debería preocuparme que mi cuerpo no haya obtenido una respuesta suficiente?
En realidad, no, según otro experto, Amesh A. Adalja, investigador principal del Centro Johns Hopkins para la seguridad de la salud. “Si bien es cierto que los efectos secundarios de la vacuna a menudo se atribuyen a que la vacuna ‘toma’ o provoca una reacción. Si no se experimentan, no significa que uno no esté lo suficientemente protegido por la vacuna”, le dice a Health.
Los efectos secundarios no predicen efectividad alguna
“El sistema inmunológico de cada persona tiene algunas idiosincrasias que podrían estar en juego”.
“Todos somos diferentes”, agrega Richard Watkins, MD, médico de enfermedades infecciosas y profesor de medicina interna en la Universidad Médica del Noreste de Ohio. “Entonces, el hecho de que no tenga síntomas después de la vacuna no significa que haya un problema”, le dice a Health.
¿Qué son los efectos secundarios?
Los efectos secundarios son respuestas normales a la inyección de una sustancia extraña. Incluyen cosas como fiebre, dolor muscular y molestias en el lugar de la inyección, y están mediados por la respuesta inmunitaria innata.
Los neutrófilos o macrófagos de tu cuerpo perciben las moléculas de la vacuna y producen citoquinas. Señales moleculares que causan fiebre, escalofríos, fatiga y dolor muscular. Los médicos esperan que esta reacción de citoquinas se produzca cada vez que se inyecta una sustancia extraña en el cuerpo.
En estudios en los que ni los receptores ni los investigadores sabían qué individuos estaban recibiendo la vacuna de ARNm o un placebo. Aproximadamente la mitad de las personas de entre 16 y 55 años que recibieron la vacuna contra el SARS-CoV-2 desarrollaron dolor de cabeza después de la segunda dosis. Esta reacción puede estar relacionada con la vacuna. Pero una cuarta parte de las personas que sólo recibieron un placebo también desarrollaron dolor de cabeza. Así que, en el caso de síntomas muy comunes, puede ser bastante difícil atribuirlos a la vacuna con alguna certeza.
El caso PFIZER
Los ensayos clínicos de vacunas realizados por Pfizer muestran que el 50% de los participantes no experimentaron efectos secundarios significativos durante el ensayo, sin embargo, el 90% de los participantes desarrollaron inmunidad contra el virus.
¿Qué causa una respuesta inmune diferente?
Los científicos han notado que las personas mayores de 65 años tienen menos efectos secundarios de la vacuna. Esto se puede atribuir a la disminución gradual de la actividad inmunológica relacionada con la edad. Aunque esto puede estar relacionado con niveles más.
De manera general los expertos dicen que los efectos secundarios de la vacuna no deben tomarse como una medida de la eficacia de la vacuna. A pesar de la variada respuesta inmune a las vacunas, la mayoría de las personas logran inmunidad contra el coronavirus con la vacunación, independientemente de la presencia, ausencia y gravedad de los efectos secundarios.
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