Mucho se habla sobre la importancia de la leche materna para él bebe, especialmente, porque este líquido acuoso contiene muchos nutrientes para el desarrollo y crecimiento del recién nacido. Además, es una sustancia que lo protege contra enfermedades y alergias. Sin embargo, la madre a veces tiene ciertos problemas para alimentarlo y recuperarse de su proceso de parto rápidamente. De ahí, que la mastitis y otras afecciones, se conviertan en una molestia postparto muy frecuente, que compromete la alimentación y las defensas del crio.
De hecho, los cambios en el cuerpo de la mujer son diversos y su sistema inmunológico se puede ver afectado, aumentando el riesgo de desarrollar infecciones que ponen en peligro su salud y la de su bebe. De ahí, que la planificación familiar, el control prenatal y los cuidados postparto, sean tan importantes, ya que, de ello depende también el bienestar del nuevo miembro de la familia.
La mastitis dificulta la alimentación materna
Realmente, el cuerpo de la mujer está diseñado para producir la cantidad necesaria de leche materna, de tal forma que el recién nacido pueda alimentarse en forma saludable. No obstante, un conducto mamario bloqueado o una infección, pueden generar inflamación, dolor, fiebre y escalofríos, que impiden que la madre amamante a su bebe satisfactoriamente.
Así, vemos, que aparece la mastitis, como una de las anomalías más frecuentes relacionadas con la lactancia materna. Donde el pezón lastimado, la técnica de lactancia inadecuada o el sostén incorrecto, pueden ser los causantes. Aunque el estrés, el tabaquismo, la mala nutrición y no drenar completamente los senos, también, se convierten en factores de riesgo que se deben evitar. Especialmente, porque además se forman abscesos que deben ser removidos quirúrgicamente.
De esta misma forma encontramos el pezón invertido, como otra molestia al amamantar al recién nacido. Donde el pezón se retrae en vez de salir en forma normal, causando molestias a la madre y dificultades de succión al bebe. Lo que hace necesario recurrir a la estimulación manual, el uso de dispositivos como extractor de leche o la utilización de pezoneras. Además, se debe buscar la manera de cambiar la técnica de lactancia para que él bebe agarre completamente el pezón y sobresalga en forma natural. De tal forma, que no se acumule liquido en los conductos y se evite la inflamación.
Así mismo, la leche materna puede ser el vehículo que trasmita virus tanto a la madre como al infante. Posiblemente por enfermedades activas dentro del organismo de la mujer; VIH, Varicela o Hepatitis; por infecciones contraídos a través de la piel; grietas o fisuras en los pezones; o por infecciones que se producen al obstruir los conductos mamarios. Además, pueden surgir infecciones como consecuencia de bacterias procedentes de la boca del bebe.
En Resumen
Podemos decir, que la leche materna es de vital importancia para el buen desarrollo del recién nacido. Sin embargo, la madre pasa por algunos problemas como la mastitis, el pezón invertido e infecciones, que entorpecen la tarea de amamantar al bebe. Por ello, la madre debe cuidar su salud, alimentarse sanamente y consultar al profesional sanitario ante cualquier eventualidad o molestia. Ya que, de esta manera hará posible disfrutar del lazo afectivo que se forma con su hijo, al tiempo que le aporta todo lo que necesita para crecer sano y fuerte.