En cumplimiento a lo dispuesto en el Artículo 273 de la Ley del Seguro Social, el H. Consejo Técnico del Instituto Mexicano de Seguro Social (IMSS) presenta anualmente este Informe al Ejecutivo Federal y al H. Congreso de la Unión, cuyos resultados contables y actuariales incluidos fueron dictaminados por auditores externos.
El documento reporta que al cierre del año 2020 se obtuvo un balance financiero positivo al registrar remanentes por 3 mil 742 millones de pesos a pesar de las complicaciones económicas generadas por la emergencia sanitaria de COVID-19. Asimismo, no fue necesario utilizar las Reservas Financieras y Actuariales del Instituto, las cuales garantizan la suficiencia financiera del Instituto durante los próximos 12 años.
Pérdida de empleos no afectó al IMSS
Aunque la economía registró una reducción de 8.5% respecto a 2019, los puestos de trabajo asegurados en el IMSS se contrajeron solo 3.2% al cierre de 2020. El salario base de cotización creció 7.9% nominal y 4.6% real de diciembre de 2019 a diciembre de 2020. La recaudación por concepto de ingresos obrero-patronales se redujo solo 0.7%. En términos comparativos con la crisis de 1994 y 2008, la emergencia sanitaria por COVID-19 de 2020 presentó un impacto económico más pronunciado, sin embargo, los reportes indican que la pérdida de empleos fue menor y hay signos positivos de una recuperación con mayor rapidez.
Los productos financieros de las reservas se encuentran entre los rubros con una generación significativa de ingresos. Las Reservas y Fondo Laboral alcanzaron un saldo contable de más de 300 mil millones de pesos al cierre de 2020, resultado de las aportaciones realizadas y de los productos financieros, que acumularon 22 mil millones de pesos gracias a la estrategia de inversión establecida en 2020 para las Reservas y Fondo Laboral, aunada a la acertada toma de decisiones de inversión para contrarrestar los efectos de la crisis económica ocasionada por la pandemia.
El proceso de transformación, modernización y ampliación de la capacidad hospitalaria del Instituto fue acelerado, a fin de poder atender todas las exigencias que la pandemia generó. Lo anterior conlleva un arduo proceso de reconversión hospitalaria que permitiera aplicar la política de cero rechazos. Esta visión de servicio no solo consideró a la población derechohabiente, sino que también abrió las puertas a la población no derechohabiente para que, en caso de padecer la enfermedad de COVID-19, pudiera ser atendida en las unidades médicas del IMSS de manera gratuita. Por su parte, el modelo digital implementado permitió que los trámites y servicios ante el Instituto se realicen por esta vía a través de su página de Internet y la aplicación IMSS Digital.
De cara al futuro, el IMSS sigue afrontando el desafío del gasto de la nómina del Régimen de Jubilaciones y Pensiones (RJP) y la presión del gasto de la atención médica del Seguro de Enfermedades y Maternidad, derivada de las transiciones demográfica y epidemiológica de la población derechohabiente.
Finanzas sanas a largo plazo
La evaluación de la situación financiera de los seguros que administra el IMSS indica que el Seguro de Riesgos de Trabajo observará un superávit actuarial, tanto en el mediano como en el largo plazo, siendo que la prima de equilibrio necesaria para hacer frente a las obligaciones es inferior a la prima de financiamiento del salario base de cotización. Para el Seguro de Invalidez y Vida, también se espera un superávit, por lo que su prima de financiamiento será suficiente en el corto, mediano y largo plazos.
En contraste, se estima que los Seguros de Enfermedades y Maternidad, de Guarderías y Prestaciones Sociales y de Salud para la Familia presentan un reto importante, que, no obstante la difícil situación económica, se ha mantenido la prestación de los servicios médicos con altos estándares de calidad.
Hoy más que nunca, y tras enfrentar la pandemia, queda demostrada la importancia de cuidar la salud financiera del Instituto.
El control del gasto sin afectación a la prestación de los servicios institucionales, es posible mediante un ejercicio presupuestario sustentado en principios de orden, disciplina, oportunidad y eficiencia, con revisiones periódicas del programa de trabajo y del presupuesto con los Órganos de Operación Administrativa Desconcentrada y las Unidades Médicas de Alta Especialidad.
Las perspectivas financieras muestran hoy un escenario en el que el IMSS es sustentable en el corto plazo. Para hacer frente a los retos en el mediano y largo plazos, no existe otra ruta más que la disciplina financiera. El informe completo puede ser consultado en el siguiente enlace.