A pesar de que los primeros casos de Covid-19 se registraron el 31 de diciembre de 2019 en China la enfermedad no siempre se denominó así. En un inicio se catalogó como una neumonía atípica pero poco después se determinó que en realidad era una nueva patología. También fue descrita simplemente como coronavirus hasta que el 11 de febrero de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un comunicado con una resolución definitiva. Aunque ahora podría cambiar de nombre otra vez para convertirse en Fiebre Viral Trombótica.
Para empezar se debe aclarar que Covid-19 es la abreviatura de “CoronaVirus Disease” y el año en el que fue descubierta la enfermedad. Aunque a decir de algunos especialistas la expresión es incorrecta y ha provocado confusión en la población.
Los motivos del nuevo nombre
A raíz de lo anterior un equipo de 10 médicos brasileños de diversas áreas como cuidados intensivos, cardiología, hematología, virología, patología, inmunología y biología ha propuesto un nuevo nombre que es más adecuado con respecto a lo que hoy se sabe de la infección. Como lo indica la revista científica Memórias do Instituto Oswaldo Cruz, el término de Fiebre Viral Trombótica sería más correcto.
El autor del artículo es el Dr. Rubens Costa Filho, quien señala que el principal inconveniente es que el nombre fue utilizado cuando la información disponible era escasa. Mientras que a partir de lo que hoy se sabe el espectro es más amplio.
“Nomenclaturas como Covid-19 esconden un espectro enorme de esta enfermedad porque fue acuñada en épocas de menor conocimiento. Hoy se puede decir que tenemos una visión más amplia de este síndrome multifacético, su progresión y secuelas, mucho más allá de las lesiones pulmonares”.
En ese sentido, la propuesta señalada se basa en una terminología clínica adecuada con la información actual. Además también hace una analogía con la fiebre hemorrágica viral. Mientras que el artículo no solo recopila la evidencia científica sino que analiza las ventajas y limitaciones de las pruebas disponibles.
Mientras que se menciona que todavía hay muchos aspectos de la fisiopatología de la enfermedad que no están claros. Los autores piden más atención a la proteasa viral, un componente clave para la replicación del SARS-CoV-2 en la célula huésped con mucha similitud con la trombina y el factor X, sustancias que activan la coagulación.
Pese a todo lo mencionado, la recomendación solo está enfocada en utilizar un nuevo término para la enfermedad y no cambiar los tratamientos actuales ni las vacunas. Aunque más allá de la propuesta se ha cuestionado si realmente vale la pena hacer un cambio en el nombre en estos momentos. Después de tantos meses y ser el tema más comentado a nivel mundial es muy complicado que la población general adopte otra nomenclatura con facilidad.