Lo más probable es que en algún momento de la vida se nos haya presentado molestias en la zona cervical, como consecuencia del cansancio o el estrés. Y aunque muchas veces, estos padecimientos son pasajeros, también representa un riesgo de desarrollar problemas de mayor gravedad. Es así, como el dolor en el cuello señala daños localizados, pero, además se asocia a otras comorbilidades que afectan la salud.
De hecho, las lesiones en los músculos, huesos, articulaciones, ligamentos y nervios de la nuca y cuello pueden generar dolor. Pero, asimismo los problemas de la columna vertebral, la cabeza y los hombros también. Especialmente porque van interconectados, surgiendo un efecto reflejo. Por tanto, determinar la causa de este tipo de molestias requiere una evaluación exhaustiva.
Es aquí, donde el profesional de la salud indaga sobre la amplitud del movimiento de cuello y hombros. Pero, además, verifica el grado de movilidad, la sensibilidad, la fuerza y los reflejos de esta zona. Buscando, en todo caso ofrecer un diagnóstico y un tratamiento apropiado, para paliar inicialmente el dolor y restaurar el movimiento.
Asimismo, es posible que se envíen pruebas de imagen; para descartar o confirmar cualquier patología que este aumentando el dolor. Ya que, probablemente no se perciban señales a simple vista. Sobre todo, cuando aparece una hipertensión cervical a causa de un movimiento fuerte, una mala postura o un accidente.
El dolor en el cuello puede ser un martirio
Principalmente, cuando, las molestias se agravan e impiden realizar tareas básicas como mirar a los lados o recoger un objeto. Por tanto, es importante observar la duración y la posición musculoesquelética en la que se encuentra el dolor. Ya que, si tras el descanso no mejoran los síntomas, se hace necesario buscar la ayuda de un profesional de la salud.
Ante todo, porque las causas del dolor en el cuello pueden ser múltiples; estrés, tensión, mala postura, envejecimiento o enfermedades como osteoartritis. Después de todo, nos acostumbramos a hacer uso de los dispositivos electrónicos; especialmente el celular; enfocando la vista a la altura del regazo, causando inflamación en la parte alta y baja del cuello.
De esta misma manera, aparece el latigazo, como una afección muy frecuente del cuello. particularmente, en los accidentes de auto donde la cabeza se sacude de atrás hacia adelante sin control. Igualmente, las anomalías anatómicas como la desalineación de vertebras, genera dolor. Lo que Indica en ambos casos la necesidad de buscar la orientación médica.
Sobre todo, porque las afectaciones del cuello se mejoran con medidas simples, que incluyen analgésicos de venta libre. Además de la aplicación de compresas y algunos ejercicios de estiramiento. Sin embargo, si se perciben otros signos como entumecimiento, debilidad, rigidez o dolor punzante en el hombro, no se debe descartar la visita al centro de salud.
Es por esto, que se deben evitar los factores de riesgo y seguir algunas recomendaciones de prevención. Como usar los dispositivos móviles manteniendo la vista horizontal; hacer uso de los manos libres para no apoyar el teléfono entre el hombro y la oreja; sentarse y dormir en una posición natural donde la espalda este bien alineada; flexionar las rodillas y mantener el cuello recto al levantar cargas y por supuesto manejar las situaciones de estrés.