La salud bucal, favorece la digestión y ayuda a procesar los alimentos, pero, sobre todo, aumenta la autoestima y la aceptación personal. Especialmente en la adolescencia, donde la apariencia física cobra gran relevancia. Sobre todo, hoy en día, que estamos en un mundo marcado por el influjo de los medios de comunicación, los prototipos sociales y los esquemas impuestos por los influencer, modelos, actores y cantantes.
La adolescencia es una etapa llena de cambios, desarrollo, crecimiento, conflictos, emociones, desafíos y complejos sintomáticos; donde el joven forma una identidad que se ve plenamente plasmada en la individualidad del adulto. Por tanto, la aceptación social, la belleza, el consumismo, se tornan importantes. Sin embargo, más allá de las necesidades sociales, están los cambios físicos y mentales, que demandan ciertos cuidados, para llegar a ser un adulto saludable.
Una linda sonrisa se consigue con una buena salud bucal
Mantener sanos los dientes, las encías y la cavidad bucal; en general; es el primer paso para permitir que la estructura maxilofacial crezca en una forma adecuada, ya que, de esto depende la manera como se conforme la cara del adulto. Es así, como la odontología y las demás disciplinas dedicadas a cuidar la salud oral, les ofrece a los jóvenes atender la funcionalidad y anatomía del sistema estomatológico. Pero también, les brinda herramientas tecnológicas para tener una sonrisa bella, que adorne su personalidad.
- Las caries. Son una amenaza latente entre los adolescentes, especialmente por el alto consumo de dulces y la mala higiene oral, que perjudican severamente los nuevos dientes que apenas han surgido. De esta misma manera, los cambios hormonales en esta etapa de la vida, hacen que aumente el riesgo de desarrollar placa bacteriana, infecciones bucales y sensibilidad dental.
- Mal posicionamiento de los dientes. Es otro de los problemas de salud bucal que se presenta en la adolescencia. Lo que lleva a mostrar, dientes torcidos, apiñados o con una oclusión dental defectuosa. A causa de la genética, malos hábitos, trauma facial o cavidad oral estrecha. Lo que lleva a producir enfermedades como caries, gingivitis y periodontitis, además de un desgaste excesivo.
- El riesgo de fracturas. Es uno de los problemas dentales más prevalentes antes de llegar a la edad adulta. Especialmente, porque en esta época se realizan actividades de alto riesgo, se participa en deportes de grupo y además la moda impulsa el uso de piercing. Así mismo, el estrés emocional provoca trastornos como bruxismo, que debilita la estructura dental.
- El consumo de alcohol y tabaco. Es un factor de riesgo para la salud. Particularmente a edades tempranas donde, apenas se está dando el desarrollo físico y mental. Es así, como se crea un ambiente propicio para la aparición de microorganismos que atacan las encías, debilitan los dientes, oscurecen el esmalte, facilitan la perdida dental y generan halitosis.
La salud bucal es importante en todas las etapas de la vida. Sin embargo, es en la adolescencia donde tiene mayor repercusión en la personalidad, autoestima y calidad de vida. Esencialmente porque es una época de crisis, complejos y crecimiento. Por eso, se debe mantener una buena higiene dental, adaptar hábitos sanos y visitar al odontólogo periódicamente.