La COVID19 ha provocado una pandemia a nivel mundial que no ha afectado solamente al ámbito sanitario. El coronavirus también ha tenido un gran impacto financiero en todas las economías del mundo, las cuales han visto tambalear sus cimientos e incluso muchos países temen recuperarse económicamente tras los estragos sufridos por el virus.
Lo que está claro es que el impacto financiero de la COVID19 es una realidad. Se está experimentando una gran desaceleración global, la cual ha sido generada, en gran medida, por el cierre de negocios, algo que ha obligado a los empresarios a tomar decisiones que cambiarán, sin duda alguna, el curso de sus negocios.
Es por eso por lo que los grandes desafíos a los que se han visto enfrentado las compañías (no solo las grandes) para paliar el impacto financiero de la COVID19 son el dirigir a los equipos de trabajo en cuarentena, fallas en la cadena de suministro, recortes de personal, caídas repentinas en las demandas de productos y necesidades de financiamiento, entre otros.
Se deben lanzar medidas para enfrentar la reducción de ingresos de los hogares
Es por eso que, frente a este panorama o impacto financiero del coronavirus, es necesario tomar medidas dirigidas a enfrentar la reducción del ingreso de los hogares y a mitigar el deterioro del sistema productivo de cada país. Es por eso por lo que se tiene que lograr que los hogares se vean afectados los menos posible, sobre todo los más vulnerables.
Esto se consigue a través de políticas dirigidas a limitar el despido de empleados, la creación y el fortalecimiento del seguro de pago o de desempleo o de salud, el diferimiento de obligaciones fiscales y/o la reducción de cargos a la empresa o la suspensión transitoria del pago de servicio públicos, entre otras medidas.
Una de las principales cosas que hay que hacer para mitigar dicho impacto financiero es poner disposición del sistema financiero suficiente liquidez para que responda a las exigencias de corto plazo. Estas se derivan de una posible reducción de sus flujos de ingresos o por posibles retiros. Así como también se deben flexibilizar los modelos de liquidez exigidos por los entes de control.
El impacto financiero provocado por la COVID19 se puede mitigar con los fondos de garantía
También se debe mantener continuidad en los flujos financieros a los hogares. Es decir, hay que facilitar la situación de los deudores ante la pandemia, permitiendo, por tanto, la refinanciación de sus deudas, incluidos períodos de gracias, sin que se deteriore su clasificación. Esto se debe acompañar de la respectiva autorización a las entidades financieras a continuar con la causación de interés durante un lapso determinado.
Lo que está claro es que es muy importante asegurar la fortaleza financiera del sistema. Para ello se debe reducir, transitoriamente, los requisitos de capital y la ponderación de cartera por nivel de riesgo, limitando así la repartición de utilidades y obligando a constituir reservas patrimoniales adicionales.
Por último, para mitigar el impacto financiero de la COVID19, otra medida que puede resultar muy útil es facilitar y fortalecer el apoyo de los fondos de garantías de depósitos de cada país. Sobre todo, para las PYMES, que podrían necesitar ayudas para solventar problemas de solvencia.
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