El 2020 será recordado como uno de los años más complicados de las últimas décadas. La pandemia provocó una transformación en la vida de millones de personas que se mantiene hasta nuestros días. Pero además del impacto directo también ocasionó otro tipo de afectaciones dentro de los sistemas de salud. En el caso específico de México hubo un descuido de otras enfermedades para atender a pacientes Covid-19. Mientras que uno de los rubros que más sufrió fue el de los trasplantes.
Para poder dimensionar el problema, tan solo durante el año pasado se pospusieron más de 17 mil trasplantes de riñón en el país. Los principales motivos fueron la falta de espacios en los hospitales públicos o por no contar con recursos económicos para pagar este tipo de cirugía.
Un hospital referente a nivel nacional
Mientras que una situación similar ocurrió con otros órganos esenciales como el corazón. Pese a las adversidades el Centro Médico Nacional (CMN) “20 de Noviembre” del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) ocupó el primer lugar en trasplantes cardíacos durante el 2020. De acuerdo con el reporte anual del Centro Nacional de Trasplantes (CENATRA) realizó tres procedimientos de este tipo.
Por su parte, la Coordinadora Nacional de Donación de Órganos y Tejidos del Instituto, Lizaura Gómez Flores, aseguró que a pesar de la situación médica por la Covid-19 este hospital también destacó a nivel nacional en otros rubros. Se ubicó entre los cinco centros de México que realizaron más cirugías de trasplante hepático y renales, procedentes de donantes fallecidos, bajo estrictos protocolos de bioseguridad.
Por ello, el año pasado junto con el Hospital Pediátrico del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, el CMN “20 de Noviembre”, empataron al ser los nosocomios públicos con mayor cantidad de trasplantes hepáticos totales en beneficio de cinco personas cada uno. En tanto que la unidad médica de alta especialidad del ISSSTE se ubicó en el cuarto lugar nacional en trasplantes renales de origen cadavérico que le permitieron reintegrar la salud a 11 pacientes.
La especialista detalló que aproximadamente el 80 por ciento de los pacientes que se encuentran en espera de un trasplante tienen enfermedades crónico degenerativas complicadas como diabetes, insuficiencia renal y/o cardíaca, cirrosis hepática y otras patologías.
¿Cómo eran los trasplantes antes de la pandemia?
Gómez Flores refirió que antes de la pandemia, de 2018 al 1 de febrero de 2020, el Instituto concretó 680 trasplantes de órganos y tejidos (de corazón, hígado, riñón y córnea) en beneficio de personas que lograron mejorar su calidad de vida y de otras que fueron rescatadas de fallecer y tuvieron otra oportunidad de vivir libres de enfermedad.
Esta cantidad de trasplantes significó un crecimiento institucional del 246.9 por ciento, con respecto a años anteriores.
En el mismo periodo, señaló, a través de las 29 unidades médicas que cuentan con licencia para procuración de órganos y tejidos con fines de trasplante, se concretaron 37 donaciones multiorgánicas y 137 de tejidos. Lo cual implicó un crecimiento institucional del 208 y 372 por ciento, respectivamente.
Por su parte, el titular de la Coordinación Regional Centro de Donación, Diego Guzmán Cárdenas, destacó que los trasplantes como recurso terapéutico de alta especialidad reportan un beneficio mayúsculo para todas las partes involucradas, los pacientes recuperan la calidad de vida recibiendo un tratamiento definitivo a la patología con la que cursan, permitiéndoles integrarse a la dinámica habitual desde el punto de vista personal, familiar e incluso laboral.