Ruy López Ridaura, Director General del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades, detalló las principales causas de fallecimiento y mortalidad de los mexicanos durante 2020.
Como era de esperarse, la mortalidad en domicilios es el 60 por ciento del total de muertes. Además, según las características de las defunciones registradas en México durante enero y agosto del año pasado, ocuparon la segunda causa de muerte a nivel nacional.
La causa se colocó tan sólo por debajo de las enfermedades del corazón que ocupa el primer lugar con 141 873 y por encima de la diabetes mellitus que ocupa el tercer lugar con 99 733.
Defunciones en números
Entre enero y agosto de 2020 se registraron 683 823 defunciones; mientras que, se contabilizaron, mediante los registros administrativos generados a partir de los certificados de defunción suministrados por las oficialías del Registro Civil, los Servicios Médicos Forenses y de los cuadernos estadísticos suministrados por las Agencias del Ministerio Público, un total de 683 823 muertes, es decir, 184 039 más que en el mismo periodo del año inmediato anterior.
“Al explicar el exceso de mortalidad por todas las causas asociadas a covid-19, el director general del Cenaprece, Ruy López Ridaura, informó que en el periodo del 29 de diciembre de 2019 al 13 de febrero de 2021 se esperaban 846 mil 499 defunciones, pero ocurrieron 1 millón 263 mil 501. El exceso de mortalidad por todas las causas a nivel nacional fue de 417 mil 2, es decir, el 49.3 por ciento”.
“Estos mismos números los podemos ver igual por sexo, por grupos de edad y vamos a ver porcentajes mucho más de lo esperado en el grupo de 45 a 64 años, pero sí son mucho más en ese grupo de 65 y más”, explicó el titular del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece), en la conferencia de prensa vespertina sobre covid-19.
“Gran parte de las entidades también están reflejando este descenso en la mortalidad. Estos datos se pueden consultar en coronavirus.gob.mx/exceso-de-moralidad-en-mexico/ y se puede ver el tablero de control con los gráficos”, añadió.
“Sí tenemos un componente muy importante de que las mismas personas no se acercaron a los servicios y tal vez tenían un dolor de infarto, pero en cierta razón tenían miedo de acercarse a un sistema que tenía un alto porcentaje de atención para covid-19, por los contagios, y eso alimentado por un componente fuerte de información y desinformación, que a las personas se les complica saber qué hacer ante un escenario de incertidumbre.”
Evidencias por región
Basándonos en la Nueva edición del Observatorio Demográfico de América Latina y el Caribe analiza el impacto de la pandemia en la mortalidad de los países de la región, publicada por la ONU y citado a continuación.
Se revela que los diez países con mayor número de defunciones cuya causa se clasifica como COVID-19 hasta el 31 de octubre de 2020 por cada 100.000 habitantes son Perú, Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador, México, Argentina, Panamá, Colombia y Bahamas. En ese grupo, el rango de valores oscila entre 104,2 y 36,1 defunciones clasificadas como COVID-19 por 100.000 habitantes.
Añade que la evidencia indica que la mortalidad por COVID-19 es efectivamente mayor para la población de edades avanzadas. Además, una vez producido el contagio del virus, la mortalidad es más elevada en lugares con sistemas de salud fragilizados, donde hay más probabilidades y, por ende, menor esperanza de vida al nacer.
Los países con una mayor proporción de población adulta mayor, por una parte, y con una menor esperanza de vida al nacer, por otra, pueden resultar más afectados por la mortalidad de la pandemia una vez que estén infectados, a partir de las características observadas de mortalidad por el virus.
Asimismo, el documento señala que, de acuerdo a las investigaciones, el impacto mayor en la esperanza de vida al nacer se registraría en América del Norte, Europa y en América Latina y el Caribe debido a su estructura de población envejecida.
En esas regiones, cada aumento porcentual en la prevalencia del COVID-19 puede disminuir la esperanza de vida al nacer en aproximadamente 0,1 años. Con una prevalencia del 10%, se perdería aproximadamente 1 año de esperanza de vida, y a 50%, 5 años. Cinco años menos en la esperanza de vida al nacer de América Latina y el Caribe significa retroceder a los niveles de 20 años atrás en la región.
Así, América Latina y sobre todo México es una de las regiones más afectadas debido a su estructura por edades envejecidas.
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