Dentro de la historia de la Medicina en México existen doctores que han destacado por su trabajo y aportaciones. Además de trabajar en favor de los pacientes también se han preocupado por generar otro tipo de cambios. Su aportación se puede apreciar de distintas maneras y van desde un invento en particular hasta enfocar sus esfuerzos para lograr mejores condiciones de trabajo para sus colegas. Uno de los casos más recientes es el Dr. Guillermo Soberón Acevedo que por desgracia falleció hace poco. Mientras que para recordar su legado se ha propuesto un cambio pequeño pero bastante significativo en el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
De manera convencional los nosocomios e institutos suelen llevar junto a su nombre el de algún médico emblemático. Algunos ejemplos son el Hospital General de México que también es conocido como “Dr. Eduardo Liceaga”. Mientras que el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición también es nombrado como “Dr. Salvador Zubirán”. Otro caso emblemático es el Instituto Nacional de Cardiología que rinde homenaje al “Dr. Ignacio Chávez”.
Por todo lo anterior, el senador Juan Antonio Martín del Campo presentó un proyecto para incluir en la denominación del INSP el nombre del Dr. Soberón Acevedo. Esto serviría como un reconocimiento a su labor en favor de la educación y la salud en nuestro país.
Trabajo académico y profesional
La labor científica del galeno fue reconocida con el premio de Ciencias, en 1965; el Premio de Ciencias Elías Sourasky, en 1968; el Premio Luis Elizondo de 1974; el Premio Nacional de Ciencias y Artes de 1980; el Premio Abraham Horwitz de la OPS, en 1991 y el Reconocimiento al Mérito Médico, en 1999.
Como reconocimiento a su incansable trabajo, el legislador presentó esta iniciativa para honrar a Guillermo Soberón, quien fue originario de Iguala, Guerrero, y nació el 29 de diciembre de 1925.
Se tituló como médico cirujano por la Escuela Nacional de Medicina en 1949, hoy Facultad de Medicina de la UNAM. Después se doctoró en química fisiológica en la Universidad de Wisconsin, en los Estados Unidos en 1956.
Ya en el ámbito profesional, fue rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en dos períodos (1973-1981), mientras que estuvo a cargo de la Secretaría de Salud (SSa) de 1982 a 1988. fue en ese momento cuando creó el primer Laboratorio de Biología Molecular en México.
Mientras que fue forjador de instituciones que son hoy paradigmas en la lucha contra las enfermedades que más estragos y sufrimientos están causando a los mexicanos. Algunas de ellas son el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT), el Instituto Nacional de Medicina Genómica (INMEGEN) y el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER).
Reconocimiento en el extranjero
Su muerte ocurrida el 12 de octubre de 2020 provocó un fuerte impacto dentro de la comunidad mundial. Inclusive la publicación médica inglesa The Lancet dedicó una semblanza póstuma al médico mexicano. Mediante el documento reconoce la aportación de Guillermo para la formación de varias generaciones de doctores y también su impulso a todo el campo de la salud.
Por todo lo mencionado es que se busca que el INSP añada su nombre. Por lo pronto, el proyecto de decreto, que reforma la Ley de los Institutos Nacionales de Salud, fue turnada a las comisiones unidas de Salud y de Estudios Legislativos, Segunda, para su análisis y dictaminación.