México tiene el potencial de convertirse en un gran centro de la investigación clínica en América Latina. Y es que nuestro país tiene todo para ello, como una sólida infraestructura médica existente, el recurso humano especializado, grandes instituciones de salud, el acceso a pacientes y el perfil genético de nuestra población.
Si esto llegara a pasar y nuestro país lograra convertirse en un cinturón de investigación clínica, atraería inversiones millonarias de los cinco continentes. Y es que México posee todo para llegar a esa posición: desde recurso humano especializado, infraestructura médica, grandes instituciones de salud, el acceso a una gran cantidad de pacientes y una población con prevalencia de enfermedades cardio metabólicas.
Pero antes hay que afinar la máquina, cambiar balatas y llantas. El principal pero de nuestro país es nuestra agencia sanitaria, la cual tiene un rezago enorme de trámites pendientes de aprobación, que se han acumulado desde la llegada de este gobierno, a finales de 2018. Es una gran bola de nieve que no la deja avanzar.
Así es, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), desde hace dos años tres meses, trae pendientes cientos de trámites que están ocasionando pérdidas económicas para las industrias interesadas en resolverlos, como son la farmacéutica, biofarmacéutica y de dispositivos médicos.
Empero, la investigación clínica es una actividad de alta especialidad, que trae aparejado una serie de beneficios, como inversión económica y generación de empleos, además de que estos estudios sirven a los patrocinadores para hacer los ajustes necesarios a sus investigaciones, lo que redunda, al final, en un mejor producto que saldrá al mercado.
En este contexto, las empresas que participan en el desarrollo de los protocolos de investigación clínica, mejor conocidas como CROs (Clinical Research Organization), tienen la capacidad de atraer inversiones, transferir conocimiento e incorporar tecnología de punta.
Pero, insisto, es necesario mejorar y agilizar los procesos de aprobación sanitaria, así como otros factores que incrementen la competitividad del país, dado que esta actividad de investigación clínica podría tener una inversión acumulada superior a los 2,000 millones de dólares, en los próximos tres años, de aquí a 2024, a decir de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF).
Para concluir, el tiempo de autorización de los protocolos de investigación clínica en México es de alrededor de 255 días, que son más de ocho meses, por lo cual, en caso de reducir sustancialmente este periodo de espera, como ha prometido el nuevo titular de la Cofepris, Alejandro Svarch, se podría mejorar la competitividad del país y atraer la inversión.
Estetoscopio
Ya llegamos a 200 mil muertos por Covid-19 en México y nuestras autoridades sanitarias tan campantes, como si nada pasara. El escenario catastrófico que mencionó a mitad de 2020 Hugo López-Gatell, vocero de la pandemia en México, era de 60 mil muertos, pero ya llevamos más de tres veces esa cifra, aunque los matemáticos de prestigiosas universidades aseguran que el exceso de fallecimientos en nuestro país se ubica en al menos 400 mil personas. Como quiera que lo veamos, es una gran tragedia que ha puesto a miles de familias en un luto permanente.