Desde que se iniciaron los tratamientos médicos para atender la COVID-19 mucho se ha especulado sobre la efectividad de las vacunas y sus efectos secundarios. Sin embargo, existe una pregunta sencilla qué, aunque no lo parezca, esconde una gran importancia; ¿Por qué se vacuna en esa parte del brazo y no en otra parte del cuerpo?
A través del tiempo, se han colocado vacunas en diferentes partes del cuerpo como el muslo, la barriga o los glúteos. Mucho tiene que ver que la mayoría de éstas sustancias han sido antibióticos o antiinflamatorios.
En el caso del COVID-19, la sustancia médica se debe aplicar en lugares donde haya una cantidad elevada de tejido o músculos, esto para que suceda con efectividad la activación de los anticuerpos contra la enfermedad que se combate.
Expertos como el doctor René Nájera explica a la BBC que esto se debe tanto a razones fisiológicas como prácticas, ya que como mencionamos anteriormente, se buscan siempre músculos, o presencia abundante de tejidos, en este tipo de vacunas para que se permita la activación de anticuerpos.
“En el músculo hay mucha vascularización, mucha sangre, y eso hace que haya mayor presencia de células inmunes. Esas células son las que pueden recoger la vacuna, ya sea el ARN mensajero en el caso de las vacunas de Moderna o Pfizer o el ADN por medio del adenovirus, en el caso de la de Johnson and Johnson y llevarlas a la célula donde se requieren”, explica Nájera.
En estas vacunas se trata de “despertar las células T y las células B, que son las que atacan el virus. Estas células son como soldados que están en su fuerte, esperando la llamada, y el fuerte en el que se encuentran son principalmente los músculos”, continúa.
La explicación del experto se encuentra respaldada por un estudio publicado en la revista de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos que indica que la administración de las dosis en el deltoides “optimiza la inmunogenicidad (la activación de la respuesta inmune) de la vacuna” y “minimiza las reacciones adversas en el lugar de la inyección”.
Por otro lado, la investigación señala que administrar la vacuna en otras áreas que no lleguen al músculo hace que la presencia de los anticuerpos en la sangre sea significativamente más baja y se produzca “una disminución más rápida de la respuesta de anticuerpos”.
Pero, ¿Por qué duele el brazo después de vacunar?
Según los expertos sentir dolor en el brazo después de la aplicación de una vacuna o experimentar algunos efectos secundarios como sarpullido son respuestas completamente normales a estas sustancias. “Que te dé una reacción en el sitio [de la inyección] es exactamente lo que cabría esperar de una vacuna que intenta imitar a un patógeno sin causar la enfermedad”, afirma Deborah Fuller, vacunóloga de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en Seattle.
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