Dentro de los problemas de salud pública con mayor incidencia en el mundo se encuentra la obesidad. De acuerdo con el informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) se detectó que uno de cada ocho adultos en el planeta tiene exceso de masa corporal. Aunque ahora el inconveniente es que para la mayoría de los ciudadanos es algo normal. La realidad es que se trata de un tema bastante complejo que requiere de soluciones inmediatas.
Mientras antes la desnutrición era el reto a vencer ahora se pasó al extremo opuesto. Mientras que a raíz de no tener un peso ideal se producen 2.8 millones de muertes cada año en el mundo. En la mayoría de los casos son debido a que las personas afectadas desarrollan hipertensión, diabetes tipo 2, afecciones cardiovasculares o algún tipo de cáncer.
En tanto que a partir de 2020 se sumó un nuevo inconveniente y se trata de la Covid-19. La pandemia que ya ha provocado más de 2.5 millones de muertes también tiene relación con otras enfermedades y padecimientos que incrementan las probabilidades de desarrollar cuadros severos de la infección.
A la fecha la obesidad es una de las principales comorbilidades de esta nueva cepa de coronavirus. Se calcula que tan sólo en México la mitad de quienes han fallecido tenían un exceso de peso corporal.
Otro inconveniente de la obesidad
Pero ahora se ha identificado un nuevo problema al que se enfrentan quienes sufren de cualquier nivel de obesidad. De acuerdo con un estudio publicado en medRxiv la vacuna contra la Covid-19 sería menos eficaz en este grupo de personas.
Con base en lo investigado, la respuesta inmune y generación de anticuerpos al recibir el biológico es menor en quienes tienen obesidad que en el resto. Eso implica que las dos dosis de la vacuna no necesariamente ofrecen una eficacia del 95 por ciento como afirma la farmacéutica sino que es menor.
¿Qué es lo que se debe hacer?
Ante esta situación se ha propuesto dos alternativas. Una es que las personas con mayor nivel de obesidad reciban una tercera dosis de la vacuna para obtener una protección óptima. Mientras que la otra opción es cambiar la fórmula de la inmunización y adecuarla para este tipo de personas.
Lo que no se ha informado es si este tipo de bajos resultados sería exclusivo de la vacuna de Pfizer o si ocurre lo mismo con las desarrolladas por otras compañías.
Por su parte, no es la primera ocasión que se menciona algo similar en torno a la baja eficacia de las personas que no tienen un peso ideal. El año pasado un artículo publicado en Medscape señaló que la población con obesidad sería la más afectada porque la inoculación tendría una efectividad menor en comparación con el resto.