El 2020 se convirtió en un año que cambió para siempre la vida de la población mundial. Se presentó la mayor emergencia sanitaria del último siglo y a la fecha se mantiene presente en la mayoría del planeta. Aunque de manera inmediata iniciaron los estudios e investigaciones con toda la información existente para buscar posibles soluciones. Eso llevó a varias farmacéuticas a desarrollar sus propias inmunizaciones contra la Covid-19. Aunque en primera instancia es algo positivo también existen algunos aspectos adversos. Dentro de ellos el principal es que no todos los ciudadanos están dispuestos a vacunarse.
En ese sentido, existe un aspecto muy importante que se debe tomar en cuenta. Tanto el presidente Andrés Manuel López Obrador como la Secretaría de Salud (SSa) han coincidido en que la vacuna no será obligatoria en México. Se confía e invita a la población para que acuda en las fechas que les corresponda para recibirla aunque es opcional.
No todos confían en las vacunas
A partir de esta situación, la revista digital Eme Equis realizó un sondeo que dio como resultado que el 10 por ciento de los mexicanos no planea vacunarse. Inclusive es una postura que han adoptado celebridades y personajes famosos. Uno de los más sonados es la actriz Paty Navidad quien públicamente ha dicho que no se pondrá la inmunización. De hecho afirma que toma dióxido de cloro como método preventivo.
Y precisamente ese tipo de pensamiento es el mismo que tiene un sector de la población en México. El sondeo mencionado arriba revela que los principales motivos que tienen las personas para negarse a la vacuna son teorías de conspiración, miedo a posibles secuelas y la falta de confianza en las autoridades.
En redes sociales es común encontrar publicaciones en donde se afirma que las vacunas contienen implantes o chips para controlar a las personas. A pesar de que científicamente se ha demostrado que eso no es cierto.
De igual forma, otros desconfían porque consideran que la inoculación les podría causar daños secundarios. En ese sentido, hasta el momento se han presentado 59 casos de reacciones adversas graves en nuestro país. Eso equivale a menos del 0.05 por ciento del total de vacunas aplicadas. Ninguna de las personas afectadas ha fallecido y en la mayoría todo fue provocado por una alergia previa a medicamentos en las personas.
Una persona no protegida expone a las demás
Por otra parte, el hecho de que al menos una persona no quiera vacunarse puede tener un daño bastante grave en todo su entorno. Eso la deja vulnerable a desarrollar cuadros graves que pueden ser mortales. Pero además también se convierte en un foco de infección para los demás. Al final se genera un círculo vicioso que complica el poder mantener protegida a la población.
Aunque hasta ahora ninguna vacuna ofrece una eficacia perfecta y es imposible que alguna lo consiga, todas mantienen un nivel de protección bastante aceptable. Además se requirió de un proceso bastante meticuloso para su desarrollo. Con esto en mente, tú como médico debes procurar informar con claridad a tus pacientes e invitarlos a que le pierdan el miedo a la inmunización.