Es real que los alimentos azucarados son considerados por muchos como un verdadero placer para el paladar. Sin embargo, algunos estudios han destacado el hecho de que fuera de ser una fuente de energía, promueve el sobrepeso y la diabetes. Pero también, es considerada como una sustancia que crea dependencia, al igual que las drogas, porque genera en muchas ocasiones un estado de placer en el cerebro, de forma similar que cualquier opioide. (Uaeh, s.f.).
Pequeñas adicciones que dañan nuestro cuerpo
Los azucares están incluidos en forma diaria en nuestra dieta y sin saberlo, nos lleva a seguir buscando productos ricos en glucosa y fructuosa, que, si bien en pequeñas dosis es necesario para los movimientos motores y para el cerebro, en grandes dosis daña los órganos y crea una dependencia enfermiza, que es considerada adicción.
Las investigadoras establecen que los sistemas neurales para la conducta alimentaria, tienen una probabilidad muy alta de crear los mismos comportamientos e igual deterioro en el organismo que el que se desencadena por el uso de drogas o alcohol. Sobre todo, porque el individuo pasa por las mismas etapas de una adicción, donde la primera es el escalonamiento, la segunda la dependencia y la tercera el deseo incontrolable y la recaída. (Rada, Nicole, & Hoebel, s.f.)
Los factores de riesgo de desarrollar dependencia por los alimentos azucarados, se pueden generar a causa de los ayunos prolongados, niveles altos de estrés y dietas altamente restrictivas. Ya que, el organismo busca una recompensa en esta sustancia, que aporta calorías vacías, porque no contienen ningún tipo de nutrientes y, por el contrario, si no se limita trae grandes peligros para la salud y el bienestar del individuo
La obesidad, las patologías metabólicas como la diabetes, las alteraciones neuro celulares, los problemas dentales y la reducción de la esperanza de vida, son consecuencias directas del consumo poco controlado de productos y alimentos ricos en harina y azúcar refinada. Además, al acrecentar el perímetro abdominal se desencadenan enfermedades como el hígado graso, la pancreatitis y otras afecciones, que pueden terminar en forma poco favorable para la salud.
Existen algunas señales de advertencia que pueden convertirse en indicadores de que se está creando una dependencia dañina al azúcar y sus derivados. Entre las cuales encontramos el consumo diario y compulsivo de estos productos, la planificación metodica de la compra constante de dulces y cuando se llega a sustituir alimentos saludables, por aquellos que están cargados de esta sustancia, sin remordimientos.
Los organismos internacionales han visto con gran preocupación el efecto nocivo que los azucares causan en la salud. Por eso, hacen un llamado a la comunidad para limitar su uso y recomiendan establecer hábitos de vida saludable, que integren la actividad física, la alimentación y la salud mental. Además, establecen que la dosis adecuada debe ser solo el 5% de la cantidad de calorías necesarias, según el estilo de vida y el género. Donde en 2000 Kcal/día solo sea 25 gramos de azúcar, De tal manera, que no se genere dependencia, ni daños colaterales. (OMS, 2015)